Si pensamos en un perro policía rápidamente nos llega a nuestra mente la imagen del esbelto pastor alemán que interpretaba Rex, al can de la policía austriaca que nos enamoró a todos participando en la resolución de crímenes y la caza de sus autores de una manera un tanto cineasta.
La realidad de los canes en la Policía Nacional no es mucho más distinta, ya que ellos también son piezas claves a la hora de trabajar en operaciones especiales, en la lucha contra el narcotráfico, en tareas humanitarias y otras muchas misiones y operaciones encomendadas a estos compañeros de 4 patas que solo ellos pueden desempeñar con resultados notorios gracias a su estricto entrenamiento diario y adiestramiento de caza y presa aprovechando también su desarrollado sentido del olfato para la búsqueda y obtención de estupefaciente, explosivos, billetes de curso legal y el rastro de personas desaparecidas entre otras especialidades en el marco de una investigación o por catástrofe natural.
Pero… ¿Cómo se forma un perro policía? El Cuerpo Nacional de Policía cuenta son su propia “Ávila” para perros policía, en concreto los fututos canes policía son adiestrados y entrenados en la Escuela de Adiestramiento Canino ubicada en Madrid. Esta es y ha sido su casa desde 1945, cuando nación la primera promoción de perros policías compuesta por 8 canes de raza “pastor alemán”.
La evolución de la Escuela Canina así como su adiestramiento y formación ha sido una constante y fructífera evolución bien visible en el resultado de números y exitosas misiones tanto operativas como humanitarias, adaptándose a las necesidades de la función policial de la época. Ejemplo de ellos fueron los años 70 cuando los atentados terroristas con el uso de explosivos sacudían los cimentos de la seguridad ciudadana, dando respuesta así en 1976 con la primera unidad de perros policiales entrenados para la “Localización de explosivos: Servicios de carácter preventivo y amenazas de bomba, reales o simuladas”. El tiempo y el buen resultado de las operaciones en este complejo y peligros campo terminaron de confirmar el éxito de la labor de estos canes guiados y entrenados por el funcionario que tiene asignado cada uno.
Por lo general dos canes por cada funcionario, uno de detección de explosivos y otro de otra especialidad que veremos más adelante. Por supuesto cada funcionario que se va a convertir en guía de perros de servicio recibe una formación específica asignándoles un perro con un año y medio para que, durante cuatro meses que dura la formación, lo vayan adiestrando en una especialidad.
En la actualidad la Policía Nacional cuenta con perros entrenados y adiestrados para la participación en la realización de las siguientes misiones.
- Detección de Explosivos.
- Detección de Drogas.
- Defensa y ataque.
- Rescate y Salvamento.
- Detección de Acelerantes del Fuego (D.A.F).
- Búsqueda y Localización de Restos Humanos (R.E.H.U).
- Detección de Billetes de Curso Legal (B.C.L).
- Localización de Personas Ocultas (L.O.P.O).
- Búsqueda y localización de armas de fuego
La selección de estos canes se hace de manera estudiada, a igual que su posterior entrenamiento y adiestramiento formando un binomio inseparable junto con el funcionario asignado durante sus años de servicio.
Y… ¿Cuándo se jubila un perro policía? Bueno…ojalá fueran eternos, pero ellos también tienen derecho a una bien merecida jubilación.
En España no existe una ley que regule la vida laboral de los canes en servicio. En la mayoría de los casos el perro seguirá con su guía ya que llevan toda la vida juntos trabajando “hombro con pata”, convirtiéndose el can en un miembro más de la familia.
Otra opción es recurrir a asociaciones como Héroes de 4 Patas o Adopta K9, para su adopción.
Hoy, San Antón, patrón de los animales, queremos dedicar estas líneas a todos perros policías y sus guías. A todos los que forman y hacen posible el buen desarrollo de las Unidades de Guías Caninos en el trabajo y buen hacer de la función policial.
