“Te conocemos agente de mierda, que ahora no vas vestido, la calle es nuestra”, así rezaba el comentario de uno de los jóvenes implicados en la secuencia de violencia en la que la víctima volvió a ser un miembro de las fuerzas del orden. El perjudicado es un guardia civil que paseaba el pasado martes, 14 de mayo, por Elda acompañado de su mujer e hijos.
El efectivo está destinado en la Comandancia de la Guardia Civil en Tomelloso (Ciudad Real) y se encontraba fuera de servicio con su familia disfrutando de una noche de tranquilidad; iban acompañados de un compañero. Todos ellos estaban en el recinto ferial de la Pinilla, cuando recibió una paliza. Previo a la brutal agresión, uno del grupo le increpó, arropado por el resto: “Qué cojones haces pasando por ahí”, seguido de otro comentario amenazante: “Te conocemos agente de mierda, que ahora no vas vestido, la calle es nuestra”. Esa sensación de impunidad impera en las calles hoy en día. Es Vox pópuli que “parece que la ley ampara al malo”.
Tras oír aquello, el efectivo se identificó recibiendo instantáneamente un puñetazo por la espalda provocándole una caída repentina al suelo, estaba desorientado. Varios violentos, integrantes del grupo, comenzaron a golpearle con fuerza aprovechando su situación de debilidad. Mientras tanto sus hijos estaban siendo espectadores de la locura que estaban haciendo con su padre y cómo su madre trataba de evitarlo.
Por ello, la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) denunció este martes la brutal agresión que sufrió este servidor público. Igualmente, reclamó que sea considerada la Guardia Civil como autoridad “como si lo son profesores, médicos, magistrados o diputados y senadores” y que sea considerada profesión de riesgo.