La condición humana tiene algo de grotesco; el fútbol es el pegamento de la intransigencia política
Ayer se celebró la final de la Copa del Rey de fútbol en España, veintidós jugadores de dos equipos vascos corrían detrás de un balón para tratar de encajarlo en una portería. Su premio era levantar una copa que lleva el nombre del rey de un país que, por estadística, una parte importante de los…