Demasiado joven para morir. ¿Demasiado jóvenes para matar?
Sentir la brisa del Guadalquivir en su piel, en sus cabellos despeinados por el esfuerzo y el movimiento cuando empuñaba los remos, era una de las pasiones de Jesús. No sabía explicar esa sensación de libertad cuando surcaba sus aguas, lo adictivo que le resultaba el deporte y la vida sana, compartir risas y bromas…