A estas alturas, no es difícil admitir lo poco reconocidos que han estado en nuestro país los oficios técnicos. La muletilla “el que vale vale y si no a FP” se ha quedado en el imaginario colectivo de todos aquellos que accedieron a la educación secundaria en los años 80. En consecuencia, aquellos que acababan el instituto no se planteaban otra posibilidad que no fuera acceder a estudios universitarios, lo que hizo que muchos de aquellos estudiantes llegaran a la educación superior sin tener una verdadera vocación. España es el tercer país de la Unión Europea con menor tasa de empleo entre los universitarios, con un 80,3% en comparación con la media europea que se sitúa en el 84,9%. Además, muchos de estos universitarios con empleo ocupan trabajos infravalorados según su preparación con un porcentaje de más del 60%.
Muchas de las razones de este porcentaje tan bajo se deben al poco nivel que tienen las enseñanzas universitarias en nuestro país y que están caracterizadas por una pobre financiación, poca flexibilidad y una gran desconexión con el mercado laboral. Según la consultora británica Quacquarelli Symonds solo la Universidad de Barcelona y la Autónoma de Madrid se encuentran entre las 200 mejores universidades del mundo y con una nota no muy holgada.
Independientemente de las modificaciones y del cambio de actitud que deben tomar la Educación Superior de nuestro país, hay un amplio abanico de oficios que están en la búsqueda de trabajadores formados y que pasan desapercibidos por no necesitar estudios universitarios para desempeñarlos. Un cambio de actitud en la mentalidad global aumentaría el abanico de profesiones que los jóvenes podrían contemplar. Acabar la universidad ya no es garante de un futuro mejor y, sin embargo, muchos trabajos que necesitan una calificación menor abrirían la puerta a aprender un oficio con un salario bien remunerado. De nada sirve un título universitario si su única función va a ser estar relegado a decorar una pared.
Los casinos son lugares de entretenimiento como también lo son los teatros o las salas de conciertos. Su historia comenzó hace siglos, siendo el nacimiento del Casino di Venezia en 1638 el que se considera el primero. Luego le seguiría, en el XIX, el de Montecarlo y de ahí empezarían a levantarse otros más conocidos en la actualidad como es el de Las Vegas. Tantos años de historia han ayudado a la aparición y consolidación de algunos oficios que, aunque desconocidos para un gran grupo de personas, están muy bien considerados en el mundo profesional y donde la demanda de especialistas es cada vez mayor. En un casino se desarrollan muchas profesiones que van desde los relacionados con la hostelería para dar servicio a los clientes, hasta los puestos de vigilancia que controlan la seguridad de la entrada y las salidas. Pero, hay algunos trabajos menos conocidos que destacan por las cualidades que se necesitan para desempeñarse y por los salarios generosos que reciben quienes los realizan:
– Croupier: Es el oficio más característico del casino. Es la persona que está en la mesa de juego y lo dirige, dando cartas o señalando los turnos de las partidas. Un Croupier es la cara visible del casino, por lo que de su don de gentes y profesionalidad serán imprescindibles para que los aficionados puedan realizar su juego en un buen ambiente. Un Croupier debe conocer las reglas de los principales juegos del casino, tener una gran destreza con las manos y una rápida agilidad mental para calcular ganancias y pérdidas de los trabajadores. Los casinos están en continua búsqueda de este tipo de profesionales y ya hay mucha oferta de cursos, tanto presenciales como online, para prepararse.
–Fisonomista: Esta es quizá la profesión menos conocida de las que puede desarrollarse en un casino y una de las que está más en auge. Lo suelen desempeñar los puestos de recepción y de la entrada al casino y su objetivo es poder reconocer aquellas personas que tienen prohibida la entrada al casino o que estarían ocultando sus rasgos físicos para no ser reconocidos. De esta forma, pueden darse cuenta de caras familiares que hayan causado problemas en el pasado y a las que todavía no se les haya podido impedir la entrada. El trabajo de fisonomista ya ha sido empleado en otras profesiones como la de policía, que se ha servido de esta ciencia para poder localizar a sospechosos, El desarrollo de la tecnología y la aparición de cámaras, que ayudan a mostrar lo que sucede en cualquier rincón, ha ayudado a que este oficio pueda desempeñarse con un éxito mayor.
-Jefe/a de sala: Es aquel que dirige lo que sucede en la sala, actuando como embajador del casino y como organizador de todo lo que ocurre dentro, tanto para empleados como para visitantes. Un jefe de sala debe ser diplomático para resolver cualquier incidencia que se desarrolle entre jugadores en las mesas; debe saber gestionar los pedidos y los turnos del casino y debe observar todo lo que acontece para velar por la seguridad de los trabajadores y la resolución de conflictos. Un jefe de sala en España gana de media alrededor de los 1500 euros al mes pudiendo llegar a los 1800.
– Cajero/a de casino: es el encargado del manejo del dinero, de cambiarlo por las fichas para el juego, pagar las ganancias y estudiar la solicitud y aprobación del crédito de los jugadores. Este oficio requiere habilidad con los números y capacidad de análisis, además de una buena organización y predisposición para el orden. A diferencia de la profesión de cajero en otros lugares, en un casino no es un trabajo mecánico, sino que se necesita a trabajadores preparados y con experiencia en gestión financiera para el buen funcionamiento de la caja.