Estas fueron las últimas palabras de Javier M.L. en su turno de palabra antes del veredicto.
Se le acusa tanto a él, como a su presunta cómplice, Ana M.V. de un delito de homicidio, con agravante de abuso de superioridad, robo con violencia y profanación de cadáver.
Los hechos ocurrieron el 9 de enero de 2017, cuando un hombre de origen marroquí, de 48 años, fue asesinado.
El cadáver de Khalid Azzakhman, el cual era padre de dos niñas pequeñas, fue hallado cinco meses después tras la confesión de Javier M.L.
El autor confeso es hijo de uno de los hermanos Larios, los cuales sembraron el terror en los años 80 en la Comunidad Valenciana. Realizaron múltiples robos violentos, y al menos seis asesinatos. Entre los muertos, hay tres guardias civiles tiroteados en un control de carretera en Massarrojos en enero de 1984.
Javier M.L. usó su último turno de palabra para encararse con la jueza, el jurado y pedir más pena.
“No me arrepiento de nada, que le jodan al moro y a usted, puta” «el moro bien muerto está»
Lejos de mostrar arrepentimiento para rebajar la pena, arremetió contra el jurado y la jueza, señalándoles con el dedo.
Pidió que se le pusiera la pena máxima: «18 años son pocos, quiero 25»
El jurado lo declaró culpable por unanimidad de los delitos de homicidio doloso consumado, robo con violencia y pronación de cadáver.