El inicio de 2022 está siendo especialmente conflictivo en el centro penitenciario de Daroca informan desde el sindicato ACAIP-UGT, donde se han producido, al menos, 15 incidentes graves entre internos que han requerido la intervención de los funcionarios del centro con el resultado de 4 trabajadores lesionados en menos de dos meses.
Desde ACAIP-UGT vuelven a denunciar la falta de medidas frente a las agresiones que sufren los trabajadores públicos penitenciarios. Este jueves, un interno amenazó e insultó a los funcionarios de la prisión zaragozana, teniendo que ser trasladado al departamento de aislamiento por su conducta agresiva.
Este mismo preso había protagonizado hace pocas semanas un incidente grave en el que atacó a tres funcionarios, intentando herir a uno de ellos utilizando un bolígrafo afilado como punzón. A pesar de la gravedad de los hechos y del estado agresivo del reo, la decisión de la dirección fue trasladarlo a un módulo de régimen de vida ordinario con el resto de la población reclusa. Esta actitud del equipo directivo se ha repetido con otros internos conflictivos, lo que ha provocado una situación insostenible en el centro.
La conflictividad en la prisión de Daroca ha aumentado por la falta de aplicación de medidas regimentales, lo que provoca la percepción, por parte de los internos, de impunidad ante sus actos violentos, poniendo en riesgo al resto de la población reclusa y a los profesionales del centro, describen desde este sindicato de trabajadores penitenciarios.
La acumulación de presos con perfiles violentos ha sido una constante en los últimos meses, con peleas en los módulos y enfrentamiento con los trabajadores que se han visto obligados a intervenir con el balance de cuatro funcionarios lesionados. Uno de ellos acabó con la una luxación de muñeca al reducir a un interno que, previamente, había mordido a otro trabajador.
Es imprescindible que antes hechos tan graves como el ataque a los trabajadores con armas de fabricación casera, o graves alteraciones de la convivencia, se tomen las medidas regimentales que prevé el propio reglamento penitenciario, además del traslado de los presos protagonistas de estos hechos a centros más adecuados a su perfil. A su vez, se debe realizar una correcta separación de los internos atendiendo a su peligrosidad y a su pronóstico individualizado de progresión y reinserción.
Para ello, deben tenerse en cuenta los informes de los profesionales penitenciarios por parte de los gestores de las prisiones. Sin una convivencia ordenada en el interior de los centros, no es posible la labor de reeducación y reinserción.
La percepción por parte de los presos de que una actitud violenta e inadaptada no tiene consecuencias o, más bien al contrario, salen beneficiados de ellas, es un mal precedente que pone en peligro al centro y sus trabajadores.
El sindicato ACAIP-UGT mantiene un conflicto colectivo con la administración penitenciaria ante la falta de negociación y por la necesaria mejora de las condiciones laborales que debe reconocer la labor de los trabajadores penitenciarios, con una retribución acorde a las funciones realizadas y con una reclasificación de centros que se adecue a la realidad actual de las prisiones, la nueva tipología de delitos y los distintos perfiles de los reos.