España es uno de los países más atractivos para vivir dentro de Europa, especialmente para los ciudadanos de América Latina. El idioma, el clima y la calidad de vida hacen que cada año miles de personas quieran instalarse permanentemente dentro de nuestras fronteras.
Para ello, existen diferentes fórmulas legales, y una de las más interesantes es la obtención de la nacionalidad española por residencia.
Gracias a esta opción, los ciudadanos de otros países se convierten en españoles de pleno derecho, con pasaporte nacional y, por tanto, con las mismas garantías, derechos y obligaciones que cualquier persona nacida en el país.
¿Cómo se consigue esta nacionalidad por residencia? ¿Qué requisitos hay que cumplir? ¿Cuáles son las características de esta situación legal? Repasamos algunos de los puntos más importantes de esta regla.
La nacionalidad española por residencia
Existen muchísimos métodos para obtener la nacionalidad española. La de residencia está relacionada con el hecho de que la persona solicitante haya vivido en el país por un tiempo determinado.
Distintas normativas, como el Artículo 22 del Código Civil y la Ley Orgánica 4/2000, establecen ciertos parámetros para determinar cuáles son los requisitos mínimos que estos individuos deben cumplir para ser considerados españoles y españolas de pleno derecho:
Residencia legal en el país
Para solicitar la nacionalidad por esta vía hay que demostrar que, efectivamente, se ha permanecido en el país durante un tiempo de manera legal.
En este caso, no se puede establecer un periodo de tiempo mínimo, pues la legislación establece plazos distintos dependiendo de la nacionalidad. Lo mejor, en estos casos, es ponerse en manos de un letrado especializado en extranjería para valorar cada caso de manera personalizada.
Más allá de esto, los permisos de estudios, trabajos, etc. deberán sumar un plazo de diez años en la mayor parte de los casos; una cifra que se reduce a cinco si la persona solicita la nacionalidad en concepto de refugiado.
Por supuesto, hay casos todavía más especiales, como el de los viudos de nacionales españoles, que lo pueden solicitar con 365 días de residencia legal.
Buena conducta e integración
A lo largo de su periodo de vida en España, la persona solicitante debe poseer un expediente intachable de buena conducta que se acredita con un certificado de antecedentes tanto en nuestro país como en el de origen.
A esto se suma la necesidad de dar pruebas de integración en nuestra sociedad. Para ello, el abogado especializado ayudará al solicitante a recabar distintas pruebas, además de a superar el examen realizado por el Instituto Cervantes.
Jurar fidelidad al rey y a la Constitución
La última fase del proceso supone que la persona que va a recibir la nacionalidad permanente jure o prometa fidelidad al rey y a la Constitución española. Además, en muchos casos las personas tendrían que renunciar a su nacionalidad anterior, salvo que vengan de países donde existan acuerdos de compatibilidad.
Con todos estos trámites superados, cualquier persona puede inscribirse en el Registro Civil como español o española y recibir su DNI y su pasaporte emitidos por las autoridades nacionales.