La Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE) se enfrenta a una crisis histórica que amenaza seriamente su existencia. Con una deuda acumulada que supera los 170 millones de euros en 2022 las alarmas sobre su viabilidad financiera se han disparado y la incertidumbre de los mutualistas sobre las coberturas sanitarias es cada vez más incierta.
MUFACE actualmente proporciona cobertura sanitaria a aproximadamente 1,5 millones de funcionarios. Se encuentra en un momento crucial abriendo el debate sobre su continuidad o desaparición. El nombramiento de Mónica García como Ministra de Sanidad ha puesto en jaque al modelo MUFACE, con la intención declarada del gobierno de dinamitar el modelo actual e integrar progresivamente a los mutualistas en el sistema sanitario público.
Las hipótesis de una posible desaparición de MUFACE no solo afectarían a los funcionarios sino también a las compañías aseguradoras como ADESLAS, DKV y ASISA, que han reportado pérdidas significativas. En los últimos tres años, estas entidades han acumulado pérdidas de 600 millones de euros, una cifra confirmada por CincoDias (El País) que refleja la seria gravedad de la situación.
El actual modelo de mutualismo administrativo ha sido creado en 1975 y desde entonces un pile básico de la sanidad en España permitiendo a los funcionarios elegir adscribirse al Sistema Nacional de Salud o a entidades privadas para su cobertura sanitaria. Sin embargo, la insuficiencia financiera crónica y el aumento de costes han llevado a un punto de inflexión.
La Fundación IDIS advierte que la desaparición de MUFACE podría tener un coste para el Estado de entre 2.950 a 3.030 millones de euros, lo que supondría un mazazo significativo para las arcas públicas. Además, se prevé que la sanidad pública tendría que absorber a los casi 1,5 millones de mutualistas, lo que podría resultar en un incremento de las listas de espera y un sobrecoste considerable.
En este contexto, las aseguradoras ADESLAS, DKV y ASISA urgen al Gobierno a revisar la contratación sanitaria para funcionarios, buscando una compensación que mitigue las pérdidas sufridas y evite la quiebra del modelo.
La situación de MUFACE es un claro reflejo de los desafíos que enfrenta el sistema sanitario en España. La decisión del Gobierno de avanzar hacia un modelo de sanidad pública universal podría significar el fin de una era para MUFACE y sus mutualistas. Mientras tanto, el debate sobre la sostenibilidad financiera y la calidad de la atención sanitaria continúa, con la esperanza de encontrar una solución equitativa para todas las partes involucradas.
Yo soy discapacitado 65% crónico sería un despropósito pero yo mantendría seguro privado es más me cueste lo que me cueste y además exigiría una suculenta indemnización ya que me causaría perjuicios y sobre todo especialistas tratándonos tanto a mi mujer como a mí de toda la vida que desaparezca o no me da igual pues las prestaciones médicas ya tardan casi un mes la cita y otro tanto los resultados nueva cita osea lo que si pediré una soculenta indemnización ya que llevamos toda la vida aportando en MUFACE y algo nos corresponderá si ha habido malas gestiones ala adios
Yo llevo toda la vida en MUFACE desde el año 1985 y sería traumático si desaparición espero que el gobierno ponga la financiación suficiente para su continuidad y no saturar aúnas la pública