Columna de Ricardo Magaz en h50 Digital Policial. “CRÓNICAS DEL NUEVE PARABELLUM”.
Justin Webster es un periodista, guionista y director británico de no-ficción con una relevante trayectoria en medios como la BBC. Desde hace años vive en Barcelona donde tiene instalado el cuartel general.
True crime
En su carrera cuelgan galardones internacionales. Ha dirigido documentales sobre los atentados del 11-M, el asesinato del abogado guatemalteco Rodrigo Rosenberg, el fin de la banda terrorista ETA o la creación literaria de Gabriel García Márquez, entre otros trabajos para medios españoles y extranjeros.
“En el crimen de Isabel Carrasco se mezcló la venganza, la ambición, la política, las luchas de poder, el nepotismo y el clientelismo”
A Justin Webster le gustan las historias verdaderas y poder contarlas con la dosis de dramatismo que exigen por sí mismas para mantener la tensión y el manejo preciso de la narrativa. Y lo logra. En el documental “Muerte en León”, producido para la plataforma audiovisual Movistar Plus, queda de manifiesto. Justin ha dirigido y guionizado cinco ambiciosos capítulos de una hora de duración sobre el asesinato de Isabel Carrasco.
Thriller real
“Muerte en León” es un thriller real en el que su director empeñó casi dos años de labor investigadora a partir de la celebración del juicio sinuoso en la Audiencia Provincial, donde muchos analistas coincidimos con Justin intercambiando teorías y café en uno de los casos más impactantes de la crónica negra celtíbera.
“La maté, sí, y lo volvería a hacer; no me arrepiento”, pudimos escuchar el día que declaró vestida a lo Bernarda Alba”
Con la perspectiva que otorga el tiempo, a nadie le cabe duda ya que en el crimen de Isabel Carrasco se mezcló la venganza, la ambición, la política, las luchas de poder, el nepotismo y el clientelismo, además de una evidente cosificación de la víctima y por ende la ausencia de percepción del mal causado de la homicida confesa, que nunca mostró pesadumbre. “La maté, sí, y lo volvería a hacer; no me arrepiento”, pudimos escuchar de sus labios el día que declaró ante el tribunal vestida a lo Bernarda Alba, con propósito de atribuirse toda la responsabilidad del asesinato.
Pasar página
En León todavía hay reticencias a la hora de hablar del crimen, y Justin Webster lo muestra en su obra. Ocurre que la memoria de Carrasco, pese a ser la víctima del magnicidio, apenas se ha reivindicado, excepto por su familia. La clase política en general, y quizá también la sociedad civil, ha querido pasar página ante un caso que conmocionó al país y puso a la ciudad en los telediarios como paradigma de la “España profunda”. Tal vez ahí resida la clave del carpetazo.
Tres mujeres están condenadas por la muerte a tiros de la presidenta de la Diputación Provincial sobre la pasarela del río Bernesga: Montserrat González, a la que se le impuso una pena de 22 años como autora material, su hija Triana Martínez, que deberá cumplir 20 años de reclusión en calidad de cooperadora necesaria, y la agente de policía local Raquel Gago, a la que finalmente el Tribunal Supremo elevó el reproche penal de 12 a 14 años por considerarla cómplice.
“El padre de Triana y marido de Monserrat, inspector jefe del CNP, no estuvo implicado en el crimen”
Y como la vida es a menudo una novela negra inacabada, hace unos meses, en noviembre de 2020, falleció por Covid el inspector jefe Pablo Martínez, padre de Triana y marido de Monserrat. Martínez, que desconocía los planes de su familia para matar a Isabel Carrasco, ejercía en aquellos momentos como jefe de la comisaría local de Astorga.
En fin… la vida. Ya se sabe, las desdichas, cuando asoman, raramente vienen solas.
(*) Ricardo Magaz es profesor de Fenomenología Criminal en la UNED, ensayista y miembro de la Policía Nacional (sgda/ac)
Desde mi punto de vista, el crimen de Isabel Carrasco fue lo que Belen Esteban declara sin tapujos : ” yo por mi hija, mato”. Carrasco le hacía la vida imposible a la hija de la mujer q la asesinó. No es de extrañar que ella haya dicho que volvería a hacerlo; estoy segura de que así sería, volvería a hacerla desaparecer si ella seguía haciéndole la vida imposible a su hija. No se sabe lo que una madre es capaz de hacer por sus cachorros, tengan estos la edad que tengan. Disculpo el crimen? pues no lo sé, al menos he de decir que lo entiendo. Carrasco era persona de carácter fuerte, voluntarioso y de vocabulario tabernario. Merecía morir por eso? No, desde mi punto de vista, claro que no se trataba de liberar a mi hija.