¿Quién lo iba a decir? Lo que no consiguió el referéndum ilegal celebrado en Cataluña el 1-O ni las recientes revueltas protagonizadas por miles de independentistas violentos, lo ha propiciado la crisis del COVID-19. Mossos y ertzaitzas dependerán directamente del Ministerio del Interior, encabezado por Grande-Marlaska.
Tanto los cuerpos autonómicos como las corporaciones locales de Policía Local de todo el territorio nacional pasarán a formar parte de la competencia directa del Ministerio del Interior. Se trata de una de las medidas adoptadas por el Gobierno de la nación tras la decretar del estado de alarma por la crisis sanitaria del COVID-19.
De esta forma, se nombrará un mando único para coordinar todos los cuerpos policiales e impartir las directrices precisas para contener la epidemia y hacer cumplir las restricciones establecidas en el real decreto dictado por el Gobierno.
Se trata de una medida sin precedentes y extraordinaria dirigida a aunar esfuerzos, unificar criterios y propiciar el cumplimiento de la Ley de forma igualitaria por parte de todos los cuerpos policiales. En definitiva, se trata de proteger, prevenir y asegurar todos los servicios públicos esenciales y garantizar que los sanitarios puedan seguir realizando su papel esencial.
Una medida que no ha sentado excesivamente bien en el seno de los partidos nacionalistas que gobiernan las comunidades autónomas de Cataluña y País Vasco, al parecer, más preocupados en sus convicciones separatistas que en frenar una de las crisis sanitarias más profundas que han azotado a Europa en las últimas décadas.
La Policía se prepara a conciencia para adoptar medidas drásticas, dentro de los posibles escenarios que se manejan, para contener el virus como bien podría ser el confinamiento total de la población.