Así es, “mi querida Cataluña”, porque allí pasé los probablemente tres mejores años de mi carrera profesional.
“Ya en 1998 les enseñaban que no era lo mismo España que Cataluña”
Corría el año 1998 y ya algunos compañeros se quejaban de la educación que sus hijos recibían en la escuela, donde ya por aquel entonces les enseñaban que no era lo mismo España que Cataluña.
Si bien la presión no era la actual, la punta del iceberg ya comenzaba a asomar pero por desgracia, nadie hizo nada.
“De aquellos barros estos lodos”
Y de “aquellos barros estos lodos”, que tristemente han traído a mi memoria recuerdos que compañeros más veteranos compartían conmigo en las largas noches de patrulla, de otros lugares, de otra Comunidad Autónoma, con otro acento, pero con el mismo fin.
Lo más irónico de todo, es que aquellos que fomentan el descontento, el odio, la falta de convivencia, se hacen llamar a sí mismos progresistas.
Me temo que no estoy de acuerdo con ellos ya que una sociedad moderna que pretende evolucionar en un camino que conduzca a un destino cada vez más democrático y justo, no puede pretender hacerlo creando fronteras, que si alguna vez existieron, cayeron hace mucho tiempo atrás.
Una sociedad como la nuestra, un pueblo generoso, solidario y que no quiere descolgarse de la evolución humana para lograr ser la mejor civilización que ha existido a lo largo de la historia, debe tumbar fronteras, anularlas, ¡todas sin excepción!, no solo entre regiones de un mismo país, entre países y con el tiempo entre los países de los diferentes continentes.
Por eso y bajo mi modesta experiencia de vida, creo que fomentar el sentido opuesto en el recorrido del camino, es equiparable a conducir en sentido contrario en una autopista. Un paso atrás, uno tras otro, con un resultado probable un “accidente” que lamentar.
¿Cómo explicarles esto a tantos jóvenes que desde que nacieron les han contado otra cosa?
“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian”
¿Sería suficiente hablarles de Erich Hartmann, que acertadamente dijo “La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian”?
Manuel G.F., Subinspector de la Policía Nacional, para h50 Digital Policial