Hoy en h50 os hacemos llegar un artículo de la asociación Una Policía Para El S.XXI – Asociación por el cambio del Modelo Policial. “No es la primera vez que desde Una Policía para el Siglo XXI escribimos sobre este tema, pero ahora se ha manifestado el Ministro de Interior precisamente invocando a las mismas quejas que nosotros desde hace mucho tiempo. Y lo hace mostrándose perjudicado porque sabe que la alianza de socialistas, separatistas y comunistas no ha conseguido domesticar a la Policía para ejecutar su agenda. ¿Qué errores han cometido?”
El primer error ha sido creer que vivimos en 1921 e infravalorar la capacidad crítica de los agentes, creyendo que a los policías se los puede domesticar, que son incapaces de razonar y desean ser “pastoreados”. Y aunque algunos sean así, a la mayoría nos conviene más parecer tontos o locos, volar por debajo del radar, ser invisibles y publicar artículos en H50.
El segundo error ha sido usarnos como chivo expiatorio desde antes de entrar en el Gobierno. Aliarse con quienes gestionan el 90% de la violencia contra la Policía no ayuda a que cuando se llegue al Gobierno la Policía sea neutral contigo y confíe en los que están al mando.
El tercer error ha sido mover las cabezas ignorando que no se puede remplazar a la base que las sostiene, quitar a los líderes con los que queremos trabajar y poner en su lugar a burócratas obedientes es un error; crear cortijos para colocar a caciques, repartir cargos, medallas y ascensos, no ha servido para controlar a la Policía, ha servido para dividirnos entre quienes miran por su interés particular y quienes miran por España. Los segundos somos mayoría, y consideramos que la ética no se negocia.
El cuarto error ha sido tratar imponer ideologías atacando a nuestra identidad, es aceptable defender los derechos de los homosexuales, pero no imponer la ideología del homosexualismo, es aceptable defender la igualdad de oportunidades, pero no imponer el comunismo, es aceptable defender los derechos de las mujeres y de los transexuales, pero no imponer la ideología de género. Imponer ideologías implica atacar identidades, en este caso a la identidad de quienes no somos homosexuales, somos hombres, nos hemos labrado un futuro con mucho esfuerzo, y no consideramos la sexualidad una prioridad ni queremos que lo sea para los niños. No hay que olvidar que la mayoría de los policías responden a este perfil.
La oposición, cuando fue gobierno, había hecho algo parecido porque ambos trabajan para los que quieren “globalizarnos”, pero a diferencia de las fuerzas del caos, la oposición optó por ignorar a la Policía y no atacarla, saben que para contar con el respeto de los agentes cuando lleguen al gobierno, solo hay que evitar atacarlos cuando se está en la oposición o no aliarse con quienes pretenden destruirlos a ellos, a su identidad o a su país. Lo siguiente es no tratarlos como idiotas, entender que son profesionales que saben hacer su trabajo y que necesitan control político, pero no dirección política.
Quinto error: Tanto este Gobierno como la oposición se han dedicado desde hace décadas a sembrar la Policía de “Villarejos”. En el artículo de 20 de julio de 2020 sobre caciques y cortijos, ya comentábamos cómo funciona el sistema de mercadillos que crea divisiones internas, enfrenta a los mandos, devalúa el liderazgo, rompe la confianza de los agentes en la autoridad y reduce su compromiso, transformando a policías en funcionarios.
Sexto error: En marzo de 2021 denunciábamos la creciente politización cuando publicábamos un artículo en este mismo medio denunciando la voluntad del Gobierno de fagocitar a los poderes del Estado para crear una tiranía. Comentábamos la necesidad del Gobierno de operar sin Estado, para transformar nuestro país en una corporación al servicio de accionistas. Que las instituciones del Estado debían dejar de ser neutrales e independientes para que España sea un cortijo al servicio de poderes extranjeros, con intereses ajenos a los de nuestras familias, nuestros vecinos y nuestros amigos, o sea, aquellos con los que compartimos nuestra vida y nuestra patria. Algo así como “argentinizar” España, lo que a muchos nos parece inaceptable, aunque lo maquillen como una causa solidaria y nos insulten. Dejarse someter no es de ser solidario, es de ser estúpido, tener soberanía y elegir el propio camino como hace Polonia hoy, es tener orgullo.
La independencia del Poder Judicial ya la han desmantelado, entre el Gobierno y la Oposición se han repartido a los jueces que tendrán que juzgar a los suyos, con el poder legislativo ya nos dividen cada vez que hay elecciones y nuestros votos tienen diferente valor en función de dónde viva cada uno, pues no vale lo mismo el voto de un castellano que el de un vasco o un catalán. De ahí que las fuerzas separatistas estén sobrerrepresentadas.
Manipulación y pérdida de la neutralidad.
Retomando el tema de la manipulación de la Policía por la extrema derecha a que se refiere el Ministro, en agosto de 2020 publicábamos las tácticas de manipulación con que pretenden poner a policías al servicio de caciques. Mencionábamos de qué manera se construye la disonancia cognitiva en la mente de un agente de policía para hacerle tomar la decisión que beneficia al manipulador. Gracias a que la psicología social se ha democratizado, el policía de hoy no es el mismo que cuando el Estado ejercía el “monopolio de la violencia legítima” y los policías protegían al poder político frente a los ciudadanos. Hoy ese papel sólo lo interpretan algunos mandos, los que llegan más arriba en la pirámide jerárquica, por designación política.
Las técnicas para manipular a los policías que publicábamos en diciembre de 2020 en el artículo: “Objetivo: Controlar a la Policía”, son comunes para manipular a cualquier grupo humano y no solo a policías, consistían en una escala de cinco: (1) la manipulación, (2) la persuasión, (3) la negociación, (4) la decepción, y (5) la intimidación. Cuando ninguna de las anteriores funciona, entonces eres libre.
En su declaración el Ministro afirma que las Fuerzas y Cuerpos de seguridad se caracterizan por la neutralidad política, a lo que aprovechamos para recordarle la destitución del General Pérez de los Cobos por tratar de actuar de manera neutral frente al poder político. La destitución fue revocada por la Justicia, pero según el Ministro “la extrema derecha instrumentaliza y patrimonializa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”, no entiende que toda acción tiene una reacción proporcional en sentido opuesto (3ª Ley de Newton) y que, si las Fuerzas de Seguridad han dejado de ser neutrales sobre su persona, es en respuesta a que él mismo ha destruido dicho principio de neutralidad. Luego, no se puede reclamar algo que primero se ha atacado.
Sobre la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana el señor Marlaska dice que: “pretende garantizar el libre ejercicio de derechos y libertades fundamentales en el espacio público y aumentar la seguridad jurídica de los agentes”. No menciona que sus socios llevan tratando de desmantelar las Unidades de Intervención desde 2017. La reforma es mejorable en cuanto a la seguridad jurídica de los agentes, pero en todo caso, reducir el principio de autoridad, obligará a mejorar el principio de legalidad con un desarrollo legislativo más profesional, como pretendemos en Una Policía para el Siglo XXI, ya que siempre hemos defendido la primacía de la Ley sobre la Autoridad. Pero es incoherente que, si en el pasado a la LO 4/2015 se la demonizó, los mismos ahora se quejen de que haga lo propio frente a la actual reforma.
El Juez Marlaska debería saber que para ser justos hay que aplicar el principio de reciprocidad, y no esperar que la oposición evite hacer lo que ha hecho su gobierno primero, no es justo pedir lo ancho para nosotros y lo estrecho para los demás.
Parece mentira que una vez fuera juez
Cierto en su época como Juez, creo que actúo conforme a Derecho, pero ahora como político, es una puñatera escoria. No me atrevo a poner un calificativo más grave, si bien se lo merecía VIVAN LAS FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD. Un Saludo