En las últimas semanas se nos ha preguntado por diferentes medios de comunicación qué opinamos sobre el uso de las imágenes de menores de edad en redes sociales, siendo noticia la detección de 6 pederastas en Canarias y un estudio de la publicación de fotos de menores, como riesgo.
Bien, en este sentido, la vida virtual es una zona muy amplia de la humanidad, que ha permitido la globalización de las relaciones humanas, que estaban encorsetadas en las estructuras de poder, limitadas al comercio e intereses. Actualmente puedes tener redes en cualquier lugar del mundo, eso refiere el lado “buenista” del mundo virtual, pues como reflejo de la sociedad lo es de todo, también de la parte que menos nos agrada.
Lo malo existe, aunque no lo estés mirando. Es cierto que los menores representan el grupo más vulnerable de las sociedades, así como las personas mayores, son grupos dependientes del cuidado de otros, esa es su vulnerabilidad principal, dependen del amor de otros, y eso es lo ideal. La realidad, sin embargo, también tiene otras caras.
¿Dejamos a los niños fuera de la publicación de fotos en redes sociales para protegerlos? El uso de las redes sociales debería ser una zona con libertades, limitadas a las leyes que ya tenemos para el mundo físico, que prohíben los malos tratos o las humillaciones, por ejemplo, dejar a los niños fuera de las redes sociales como un riesgo, en realidad es un mayor riesgo crear un mundo virtual que haga invisible a los niños en las vidas de sus seres queridos. El mundo virtual es parecido al físico, hay gente participativa, gente que observa, unos con unas opiniones otros con otras, mientras exista el respeto parece que todo está bien, tampoco es novedad que existe el cotilleo, eso también es parte de la realidad física.
¿Riesgo de que una foto sea utilizada para porno infantil? Sí, existe, igual que salir a lacalle en una sociedad en la que el número de cámaras de móvil es el mismo que el de personas presentes en un parque, una plaza, una playa, un colegio, una calle, un centro comercial, etc. Y la calidad a distancia es cada vez mejor.
El mayor riesgo de los niños sigue siendo la familia, la física, es lamentable que sigamos ocultando la realidad de la sociedad, es el mundo físico en el que hay que poner la mayor atención y cuidado, porque el riesgo de la foto es la divulgación, pero el riesgo en el mundo físico es el abuso sexual. Nos hace falta una mayor cultura y conocimiento para saber que resulta muy evidente que momo es un riesgo para los menores y sin embargo nos cuesta comprender que hay personas con corazón doble sentadas a la mesa como si nada.
Nuestro país, España, suspende la aplicación de las directivas europeas de protección a la infancia, estamos en los peores puestos de Europa.
Preocuparte mucho por no publicar una foto en redes sociales y no preocuparte del amor del mundo físico es una contradicción.
Hacer invisible una parte de la realidad de la sociedad en redes sociales es borrar a los menores de la sociedad virtual, que tiene peso, tiene espacio y tiene su propio poder de mejorar las cosas.
Cuestión diferente es el uso de los menores para youtubers o servicios comerciales online, eso no tiene discusión, está prohibido por ley, el trabajo infantil está prohibido, y ahí sí que se aprecia una falta de acción coercitiva y control adecuado, no podemos poner a nuestro hijo a tocar el piano en la puerta de Sol por muy mono que quede y muy bien que se le de la recaudación, tampoco en redes o canales con fines comerciales, salvo con el cumplimiento de la contratación laboral establecida, con límites, para los menores, que normalmente es la moda y el arte, con restricciones de protección a la infancia. El sentido común parece seguir siendo el mejor medidor de vida, educación, respeto y amor.
El Observatorio de Delitos Informáticos de Canarias nos muestra algunos consejos para la seguridad de los niños en internet:
1. Ser unos padres digitales y bien informados.
2. No proporcionar nunca datos personales.
3. Enseñar a los niños a pedir ayuda.
4. Aprender a diferenciar entre “amigo” y “contacto de Internet”.
5. Utilizar la protección que utilizan los navegadores. Recomendamos utilizar el navegador “Kiddle”. Dispone de un filtro de palabras inapropiadas que impiden la búsqueda y promueve la privacidad, ya que no almacena los registros de búsquedas en internet.
6. Ser conscientes de que utilizarán solos internet.
7. Crear accesos separados en el ordenador (contraseñas en perfiles).
8. Limitar el tiempo frente a la pantalla.
9. Aprender en la escuela el uso seguro de internet (jornadas de puertas abiertas sobre seguridad en internet).
Yurena Carrillo, presidenta del Observatorio de Delitos Informáticos de Canarias (ODIC)