La inversión en ciberseguridad por parte de las empresas se han convertido en un parte fundamental para asegurar su presente y futuro frente a posibles ataques informáticos. El objetivo de las estrategias es proteger los sistemas reforzando medidas preventivas de protección y protocolos de reacción ante la detección de una amenaza. De esta forma se evita un daño que en muchos casos puede ser irreversible o incluso derivar en una parada total o parcial de la actividad.
Es necesario tomar conciencia de que un negocio siempre está en riesgo por diversos factores y uno de ellos es la seguridad de equipos, redes, información y hasta formación de los empleados es fundamental. También es básico contar con buenos servicios de desarrollo de software que nos garantice seguridad en el terreno tecnológico. De esta forma se puede ejecutar una planificación con total tranquilidad aumentando el nivel de prevención, eficacia y eficiencia de un negocio.
Las formas en las que se registra un ciberataque son diversas. Por ello es conveniente que el área de la ciberseguridad pase a ser una parte imprescindible de la filosofía empresarial. Uno de estos casos con los ataques ransomware que crecen a ritmo exponencial por eso instruir a los empleados sobre ciberseguridad es imprescindible para el futuro de la organización.
- Genera un entorno seguro
La información es uno de los activos más importantes de una empresa y protegerlos es parte de su responsabilidad. Una organización trasmite confianza a los clientes garantizando que sus datos se mantienen “bajo llave” en un entorno seguro. Construir un entorno seguro evitará daños irreversibles y que el prestigio de nuestra marca se vea afectado. En este sentido, proteger la privacidad, seguridad en red y autenticación son una triada que debe funcionar armoniosamente.
2. Optimiza la seguridad de la web
Un posible punto vulnerable de un negocio es el servidor donde está alojada la web. Una disminución en tiempo de carga o el cierre, en el peor de los casos, pude suponer pérdidas millonarias y un grave daño a la reputación o prestigio. En estos casos es vital contar con el respaldo de un servicio técnico de calidad y que toda la información esté debidamente protegida y asegurada para facilitar su operatividad ante cualquier tipo de adversidad.
3. Maximiza la protección en trabajo remoto
La “era Covid” derivó en un impulso del teletrabajo de forma acelerada. Implantar este nuevo concepto en el ámbito laboral implica maximizar la seguridad al abrirse posibles brechas y vulnerabilidades no contempladas hasta el momento. Contar con un buen soporte, contraseñas seguras y un software plenamente actualizado ante posibles ataques nos dotará de una mayor tranquilidad a la hora de manejar datos confidenciales o información sensible.
4. Formación y actualización para los empleados
Dotas a los empleados de formación en ciberseguridad permitirá a las organizaciones evitar ser víctimas de determinados ataques como phising o estafa del CEO. Ataques dirigidos a un integrante de la empresa que si no cuenta con una correcta educación en el terreno de las nuevas tecnologías puede suponer una peligrosa vía de entrada para que los ciberdelincuentes ejecuten sus fechorías. Si formamos a las personas de nuestra organización, reduciremos las posibilidades de que las ciberamenazas se materialicen y nos permitirá contar con un equipo especializado y competente para hacer frente a una situación de crisis.
5. Continua actualización
Cuando nos conectamos en red es muy importante “estar al día”. Muchos de los ataques que se registran pueden derivar de una falta de actualización de los navegadores, antivirus o el propio sistema operativo que se está utilizando. Aunque parece una medida obvia, estas actualizaciones no siempre se ejecutan con la celeridad que deberían.
