El pasado mes de mayo publicábamos el artículo Satanismo y crímenes de culto satánico. Explicábamos que existe un activismo de culto satánico y un movimiento social, con efectos sociales. Estas implicaciones se corresponden con una cultura y con unos elementos de identidad propios como fechas, rituales, símbolos, liderazgo, organización, argot, vestimenta y comunicación no verbal a través de los gestos. Estos elementos culturales son propios de todo movimiento social ya sea radical o no, pero como policías nos interesan aquellos que puedan presentar un desafío para la seguridad, podríamos considerar como de interés policial los grupos e individuos que se integran en los movimientos sociales de extrema izquierda/derecha, anarquistas, islamistas, sectas cristianas, judías, orientalistas, pedófilos, bandas latinas y todos aquellos que de uno u otro modo comprometan los derechos fundamentales.
En este momento Francia ha superado el punto de inflexión que obligará a sus políticos a adoptar reformas en su política de seguridad, la desbordada inseguridad en las calles no ha sido motivo para que los franceses alcen la voz, ha sido un hecho en particular, concretamente el secuestro, violación, asesinato y profanación del cuerpo de una adolescente de 12 años en unas pocas horas, presuntamente por una mujer de nacionalidad argelina de 24 años sobre la que recaen sospechas de todo tipo.
La sospechosa se declaró autora única del macabro crimen, su motivación en principio parece sexual, pero reviste indicios de crimen de culto, aunque sus declaraciones fueron contradictorias, veamos algunos de los hechos publicados en fuentes abiertas: dice que la bañó forzosamente estando viva tras arrastrarla por la fuerza hasta un piso en el sótano de su propio portal, la obligó a practicarle sexo oral y tuvo un orgasmo, tras usarla para su placer la torturó con un cuchillo y unas tijeras, la mató por asfixia, la desangró para embotellar y beber su sangre, luego diseccionó su cuerpo. Las noticias hablan de tráfico de órganos sin especificar más, por lo que entendemos que el cuerpo estaba abierto y le faltaba algún órgano. También parece que ofreció en venta los restos del cuerpo como si fueran una mercancía con algún tipo de valor, pero ¿valor para quién? ¿y para hacer qué con ellos? ¿Para quién más, aparte de para quienes usan restos humanos en rituales, podrían tener algún valor? Recordemos que las profanaciones de cementerios para obtener restos, es un hecho propio de determinados grupos.
Según la autopsia, el cuerpo tenía múltiples lesiones incompatibles con la vida, pero no de naturaleza sexual. El cuerpo tenía marcados el número 1 y el 0 en la planta de los pies, además de que la autora al parecer tenía fijación con estos dígitos según se comentó la pasada noche en Horizonte, puesto que sus vídeos en Tik-Tok eran publicados el día 10 de cada mes durante los últimos meses. También en Horizonte comentan que el novio de la autora declaró que durante los últimos meses había pasado por cambios de comportamiento y habría tenido vinculaciones con el satanismo, el único símbolo en que se basaría tal extremo, sería que tenía un tatuaje “illuminati” con la pirámide y el Ojo de Horus, aún así no tenemos acceso a la declaración del novio y también es cierto que en los lobos solitarios (yihadismo) se presentan cambios de comportamiento graduales previos a cometer un atentado. Declaró que “el crimen había sido un sueño y que había luchado contra un fantasma”, que “ella era incapaz de matar a una niña”.
Se desconoce más de lo que se sabe del crimen por lo que solo podemos aproximarnos a la hipótesis de que la autora carecía de salud mental, y que podría haberse autoadoctrinado consumiendo contenidos de naturaleza ocultista. Veamos por qué: la motivación sexual podría responder a una fantasía de sometimiento o dominación de una virgen con un “alma pura” de mayor valor espiritual.
Aplicar violencia extrema para producir sufrimiento podría responder a un ejercicio deliberado de terror para provocar que la víctima produjera más adrenalina y luego consumir su sangre con mayor concentración de adenocromo, esta práctica replicaría a la que exponen diversas teorías sobre crímenes rituales, que alguien perturbado puede creer y poner en práctica solo para ejecutar la creencia. Un lobo solitario autoadoctrinado en el islamismo funciona de la misma manera, en este caso cambia la doctrina a la que la autora se habría expuesto de manera prolongada. Es el mismo mecanismo que Don Quijote cuando tras leer novelas de caballeros día y noche sin dormir, acaba enfrentándose a los molinos creyendo que eran gigantes.
Según las noticias no existen evidencias de que la desangró y consumió su sangre, publicar que lo hizo tampoco es políticamente correcto para los franceses porque alimentaría el morbo y sería ofensivo para la sensibilidad de la familia, encendería a la opinión pública más de lo que está y, por tanto, nos quedaremos sin saberlo como el resto de los detalles de la inspección ocular en la vivienda y de la autopsia. No sería ético publicar esa información.
Es cierto que el vacío informativo de unos y la ambición de vender noticias de otros, da lugar a teorías de la conspiración que cabe poner en cuarentena, como ocurrió con el caso de Alcasser. Que tales teorías hablen de élites de poder es un error que pretende burlarse de la investigación del fenómeno satanista para cancelarla, es un error porque el satanismo al igual que los demás movimientos sociales, no es algo elitista, está al alcance de todos, hablar de élites es una forma de desvirtuarlo. Más bien hay que hablar de individuos trastornados, adoctrinamiento y autoradicalización (como en el yihadismo), o personas sin problemas reales que forman grupos ocultistas para investigar lo paranormal y acaban en rituales que se les escapan de las manos.
De hecho, burlarse de la investigación del fenómeno satanista vinculándolo a “elites de poder” y “teorías de la conspiración judeomasónicas”, parece perseguir el objetivo interesado de que no se investigue, cuando es un fenómeno recurrente en Estados Unidos desde hace más de 30 años. EEUU es cuna de la cultura Occidental moderna, y el propio Departamento de Justicia en su página web vincula las creencias satanistas con la actividad criminal.
¿Existe interés en cancelar esta línea de investigación policial mientras se usa a artistas para promocionar este movimiento social y la ideología progresista que lo acompaña y Facebook aloja a cientos de grupos? ¿Había elementos de culto tales como un altar en el piso empleado en París por la asesina de Lola Duviet? El caso es que para los Satanistas (y para los cristianos) el corazón es el hardware que aloja al alma, y la propia civilización Mexica cuando llegó Hernán Cortés sacrificaba almas a sus Dioses (o demonios) ofreciéndoles el corazón fresco del recién sacrificado. ¿Le faltaba el corazón al cuerpo de Lola Duviet o se trata de otros órganos?, ¿qué hizo la asesina con tales órganos? No sería ético publicar la respuesta a tal pregunta.
Hablar de Satanismo es una aproximación desde la doctrina Católica, que etiqueta como Satanista o “pagano” a toda práctica ocultista que pretende “abrir puertas” al más allá para investigar mediante rituales espiritistas, new age (como los que adoran a la Pachamama), e incluso budistas o hinduistas, por considerarlas doctrinas “anticristianas”, cuyos rituales redundan en beneficio del “Anticristo”. Policialmente podemos hablar de “criminalidad de culto” para evitar el sesgo, pero sin dejar de valorar la interpretación católica, que también aporta conocimiento a los investigadores, pues si para la Iglesia católica la asesina de Lola Duviet podría estar poseída, para la ciencia estaría enajenada, pero lo cierto es que la autora creía estar poseída y no haber actuado ella misma. Luego, existe un interés policial objetivo en la criminalidad de culto por mucho que se trate de evitar o ridiculizar el tema, ya que, como en el caso del asesino del rol, no investigamos lo que el autor es o hace, sino lo que cree que es o lo que cree que está haciendo, investigamos no solo hechos, sino creencias.
Estos grupos están representados en una variedad tan amplia como los cientos de ellos que encontramos en Facebook con decenas de miles de seguidores, unos adoran a unos demonios, pero no a otros, unos son teístas y otros no teístas, hay activistas sociales en defensa de una ideología con una doctrina (anticristiana) y una agenda política que coincide con la del partido demócrata de EEUU, país donde no se ocultan y se vinculan directamente los movimientos satanistas con la izquierda (Partido Demócrata) y los movimientos cristianos con el Partido Republicano, aunque la criminalidad de culto también ha estado vinculada a partidos supremacistas blancos y en los años 70 a grupos de culto de ideología nazi como el Culto de la Familia Manson.
Las prácticas son variadas, hay grupos más radicales que practican magia negra o “siniestra” (magia del camino de la mano izquierda), brujería y santería africana, mientras que otros más racionales defienden la ciencia como si fuera una religión (cientificismo), critican a los primeros y optan prácticas más terrenales como las orgías y las drogas. Todo esto lo anuncian en sus grupos de Facebook.
También es evidente la vinculación con el activismo de género y el activismo pedófilo, que pretende eliminar la figura del “consentimiento viciado” en los menores a la hora de consentir las relaciones sexuales con adultos, como si tuvieran una capacidad de elección propia. De hecho, el manual de crímenes de culto de la Policía del Estado de Michigan (de 1988), es de la unidad de abuso de menores, los que habrían encerrado a tipos como el exmarido de Mónica Oltra. ¿Por qué una unidad de abuso de menores investigaba crímenes de culto en 1988?
Como introducción al fenómeno del Satanismo se invita a acceder al capítulo dedicado al Satanismo en la obra Entre el Orden y el Caos, hacia un modelo europeo de Uso de la Fuerza (2022), en que se tratan diversas amenazas contra la seguridad y que está disponible en Amazon o en PDF se puede solicitar al autor mediante correo electrónico.
Como fuentes adicionales para la investigación de crímenes de culto se recomiendan tres colgadas en la página web del Departamento de Justicia de Estados Unidos, una es el Manual de Investigación Criminal del Ocultismo de la Policía de Glendale publicado (1993), el Manual de Investigación de crímenes de culto del Estado de California (1990) publicado en la misma web y la guía de conocimiento del Culto Satánico (1988).
Como cierre cabe señalar que los manuales con que trabajaba la Policía en Estados Unidos a finales de los años 80 y principios de los años 90, coinciden temporalmente con el crimen de Alcasser (1992) o el crimen de Macastre (1989) en España, ambos en la comunidad Valenciana, luego, las llamadas “teorías de la conspiración”, son compatibles con la realidad de este tipo de crímenes. No sabremos los detalles de la inspección ocular del piso donde se produjo el asesinato de Lola Duviet, tampoco publicarán los contenidos digitales de sus dispositivos, pero en los contenidos que consumía estará la clave para saber si ha sido un crimen de culto cometido por una “loba solitaria” auto adoctrinada como Don Quijote de la Mancha.