Agentes de la Policía Nacional, en una intervención conjunta realizada con la Guardia Civil, han intervenido en La Línea de la Concepción (Cádiz) 1600 kilos de hachís tras descubrir un alijo en el puerto pesquero de la Atunara. Fruto de la coordinación policial se localizó dos zulos que contaban con sistemas hidráulicos de apertura para ocultar la droga transportada desde Marruecos.
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Uno de los zulos contaba con un mecanismo situado en el interior del garaje, consistente en una “pared móvil” corredera que permitía ocultar tanto vehículos como sustancia estupefaciente dando una apariencia de normalidad
La intervención se realizó hace varios días cuando agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se percataron de la presencia de una embarcación, de similares características a las usadas por las organizaciones criminales de narcotraficantes, en el interior del Puerto pesquero de la Atunara. Junto a la embarcación se encontraba un nutrido grupo de individuos quienes, en ese mismo momento, realizaban el transporte de la sustancia estupefaciente desde la mencionada lancha hasta dos vehículos todoterrenos.
Percatados de la presencia policial, dichos vehículos emprendieron la huida por los numerosos carriles del barrio del Zabal, tomando direcciones diferentes. La coordinación entre los efectivos de ambos cuerpos policiales permitió observar como uno de los vehículos se introducía en una vivienda tipo chalet de dicha zona.
Tras asegurar el entorno, se procedió a la entrada por parte de los efectivos policiales, hallando en su interior 2 vehículos todoterrenos sustraídos, un arma de fuego corta y 900 kilos de hachís.
A la misma hora, se recibía una llamada anónima en la Sala Operativa del 091 informando de la presencia de un vehículo todoterreno que había colisionado contra un muro en uno de los carriles del Zabal. Personados de manera inmediata, indicativos policiales localizaron en su interior 700 kilos de hachís.
Una vez en el interior de la vivienda, los agentes pudieron observar un novedoso mecanismo situado en el interior del garaje de la misma, el cual consistía en la colocación de una “pared móvil” corredera que permitía ocultar tanto vehículos como sustancia estupefaciente, dando una apariencia totalmente distinta de la realidad de la misma.
Igualmente se localizó un zulo hidráulico en el interior del cuarto de baño de la vivienda que contaba con un motor que facilitaba la ascensión del plato de ducha. El cubículo situado bajo la vivienda, de unos 30 metros cuadrados aproximadamente, era empleado para la guarda de sustancia estupefaciente encontrándose en este caso vacío.