Ley de “inseguridad ciudadana”: el mundo al revés

Disturbios Barcelona mossos
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Ha llegado el momento, era cuestión de tiempo que se confirmasen nuestros mayores temores. Otro mazazo a la legalidad y al sentido común.

ODIO ENQUISTADO A LA POLICÍA

Los que un día se quitaron las capuchas y los pasamontañas hacen negocio con políticos a los que hace relativamente poco se le cayeron las caretas. Todos ellos les repudian y detestan por igual. 

Su rabia se extiende como una mancha negra pudriendo aquello tocan. Su odio no es solamente hacia la policía, también es odio hacia la sociedad en general a quien dejan a merced de delincuentes, vándalos y terroristas. Lo que verdaderamente les importa es su interés personal no el del ciudadano. 

ROMPER CON LA LEY

La reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana mal llamada “ley mordaza” supone un quebranto de los derechos de los ciudadanos a la hora de ser protegidos. Cambiar epígrafes o cercenar puntos importantes de una ley que debería garantizar la seguridad de su sociedad es sin duda una aberración a la coherencia.  

Los herederos de ETA, esos mismos que hasta hace cuatro días se dedicaban a sembrar España de coches bomba,  hacer saltar por los aires centros comerciales, asesinar niños en casas cuarteles de la guardia civil, a descerrajar tiros en la nuca a demócratas que pensaban diferente. Esos mismos que señalaban desde el diario Egín a sus próximas víctimas, esos que nunca han condenado el terrorismo ni han pedido perdón, esos son los que ahora dictan la Ley de Seguridad Ciudadana. Sí esos mismos, esos que han incendiado las calles y han quemado autobuses son quienes se revisten de garantes de nuestra seguridad y libertad de expresión. 

Este hecho es insultante y todo un despropósito, pues no se conoce en ningún otro país de la Unión Europea tanta muestra de odio por  parte de las instituciones públicas hacia sus policías. 

Está claro que para nuestros gobernantes tiene más valor la palabra de un condenado por terrorismo que la de cualquier sindicato policial. A esos herederos de los criminales de ETA se les escucha constantemente con anuencia y se les tiende la mano aceptando todas sus exigencias por descabelladas e irreverentes que sean. 

Es hipocresía y cinismo lo de ese tipo siniestro y cobarde de Arnaldo Otegui, repudia las pelotas de goma y sin embargo no tuvo reparos en alabar a los que disparaban balas de metal, lanzaban morteros o granadas y demás munición de guerra contra policías y guardias civiles. Se muestra compungido por la inmigración ilegal y en cambio fue uno de los que más contribuyeron a la  “Diáspora vasca” en la que miles de personas bajo la amenaza,  la extorsión y el asesinato se vieron forzados a abandonar su tierra.

Odian a la policía y odian los valores que representan.  Odian la constitución, los valores democráticos, odian el orden y cuantos preceptos son necesarios para vivir en sociedad con libertad.

Es el mundo al revés. Ataque directo contra jueces y policías mientras los que dieron un golpe de estado,  los secesionistas y los filoterroristas gozan de estima y respeto. 

La historia pone a todos en su sitio y Roma no paga a traidores.

“La decadencia de un imperio comienza cuando se resquebrajan los valores que la crearon y la sostienen”

“Antes de caer Roma cayó su César”

Brau López

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