No solo las personas y los negocios de Ceuta se han visto afectados como consecuencia de la llegada masiva de inmigrantes de origen marroquí a nuestro país. Esta situación también está perjudicando —y mucho— a otro tipo de habitantes de la ciudad autónoma: los numerosos gatos callejeros que viven en las colonias felinas que hay repartidas por toda la zona
Las colonias de gatos son espacios delimitados en el entorno urbano destinados a asegurar a estos animales su bienestar y protección, a la vez que contribuyen a preservar la salud pública y la convivencia con el resto de los ciudadanos. Todos los gatos que integran estas colonias están sanos, vacunados, castrados, disponen de acceso a asistencia veterinaria en caso de necesitarlo y se encuentran bien alimentados.
Pues bien, a raíz de los últimos acontecimientos, numerosas colonias han sido ocupadas por estas personas que, instaladas de manera ilegal y privadas de acceso a ningún tipo de servicio público ni a unas medidas higiénicas básicas, recorren la ciudad buscando dónde acomodarse.
Como consecuencia, las colonias han aparecido invadidas por la basura; los comederos y bebederos, usados como inodoros y cubiertos de orines y excrementos humanos; parte de sus instalaciones han sido destrozadas, las casetas destruidas…
Por otro lado, el personal encargado de alimentar a los gatos de estas colonias no se atreven a hacerlo, pues temen ser agredidos, tras los insultos y amenazas que están recibiendo de las personas que se han instalado dentro. Aunque se anima a estos alimentadores a avisar al 112 cuando haya algún problema —ya que la seguridad de estos animales está protegida por la ley, al igual que la de cualquier ciudadano—, la policía está desbordada por la situación y no siempre puede acudir.
Por todo ello, los gatos se encuentran desprotegidos y expuestos a todo tipo de peligros, sin poderse alimentar y en condiciones higiénicas que ponen en riesgo su salud.
Lamentablemente, son muchos los gatos que han aparecido heridos, y ni siquiera los alimentadores a los que conocen se pueden acercar a ellos, ya que tienen miedo de ser agredidos. Otros se han visto obligados a abandonar el territorio en el que han vivido durante años —algo esencial para su supervivencia, dado su carácter territorial— con el fin de conservar su vida.
Estos hechos son contradictorios con la religión islámica, que siempre ha considerado al gato un animal puro. Tanto es así que, el profeta Mahoma, los veneró y protegió a lo largo de toda su vida, llegando incluso a decir que los gatos podían entrar en el paraíso, tal era su pureza. El profeta también dijo: “Con todo aquel que se apiade, aunque sea de un pajarillo y le salve la vida, Aláh será misericordioso el Día del Juicio”. Algo que, sin embargo, parecen haber olvidado los autores de estos actos.
Esperemos que todo ello se normalice pronto y los felinos puedan volver a vivir a salvo, como así ha sido hasta ahora, antes de que la situación de caos e inseguridad que se está viviendo en Ceuta en estos momentos tuviera lugar.
Para quien desee acompañar la lectura de este articulo con la música que sonaba de fondo mientras lo escribía, os dejo a continuación el enlace.
Autor: Fran J. Fradejas | Observador del comportamiento animal y de la naturaleza