Es la verdad porque la UME, Unidad Militar de Emergencias, son verdaderos dioses a los que hay que adorar por su trabajo y exponer su vida para salvar la de los demás. En un mundo de crímenes y asesinatos, de quien carece de la empatía con el otro sin visibilizar su dolor vemos a estos militares empatía cien por cien y nos hacen volver a creer en el ser humano.
Convierten la oscuridad en luz, la sensación de una muerte segura en rescate y devuelven la vida en un instante mágico. Así sucedió con una joven que se hallaba demasiadas horas bajo los escombros y creía había llegado su fin. Pero un momento nos emocionó profundamente… fue cuando un militar de la UME rescata a un niño de corta edad y lo arropa con una manta y lo abraza llevándolo en brazos como si fuese su propio hijo. La emoción de salvar su vida que le hace explotar en un sollozo porque no son de hierro sino que su humanidad ha traspasado nuestros corazones y no han hecho llorar y emocionarnos.
También se rescató a la hermana del niño y a su madre. Devolver la vida a tres personas a la vez, eso es de hombres de grandeza. Sin miedo al peligro y con esa coraza de no transmitir dolor donde hay dolor sino esperanza frente a la angustia y desazón. Pero su sensibilidad les hace llorar de emoción. Con un alto nivel de resiliencia o resistencia a la frustración estos grandes profesionales son auténticos terapeutas y sanadores en momentos cruciales y vitales.
Lo mismo que instalan hospitales de campaña que se adentran en lo más recóndito para hallar señales de vida sin cansancio y sin rendirse. La labor de sanitarios es gratificante cuando surge ese soplo de vida Hot, más que nunca, recuerdo una expresión de mi padre, sanitario, cuando nadie apostaba por un joven ahogado en un río y que el salvo.
Su expresión quedó grabada en mi mente al afirmar que el latido de este corazón es el latido de Dios. Yo he visto a Dios en la UME. ¡El rostro de Dios no lo busques más allá porque está en las personas de bien 3! Esa solidaridad y hermandad en las tragedias para revocarlas y eliminar el dolor y la ansiedad extrema que genera el peligro. Se le deberían dar todos los premios del mundo, pero el mayor premio para la UME es la alegría en el alma del deber cumplido. La UME tiene un sinónimo y es VIDA.