Durante años desde el sindicato de trabajadores penitenciarios ACAIP-UGT vienen denunciando la extremadamente delicada situación de los servicios sanitarios en el centro penitenciario de Picassent, denunciando que ahora se ha ido un poco más lejos, ya no hay médicos para prestar asistencia sanitaria por las noches.
De los 21 facultativos que debería haber en el centro solamente hay cinco, de los cuales sólo dos están en disponibles. Otra está en plazo posesorio y dos en situación de baja laboral por agotamiento y estrés laboral.
La población reclusa del centro está por encima de los 1900 internos, muchos con graves patologías, además en plena sexta ola de la pandemia del coronavirus.
En la noche de este jueves, una interna del módulo 17 se puso de parto, y ante la ausencia de un médico, fue necesario llamar al SAMU para trasladarla a un centro hospitalario, denunciando que hechos como estos pueden pasar en otras muchas situaciones que se producen frecuentemente en un centro penitenciario: sobredosis, autolesiones, agresiones, intentos de suicidio…“Por mucho que se insista en ello, el enfermero de guardia no puede realizar las mismas funciones que un facultativo”.
Desde este sindicato recriminan que esta situación es extremadamente delicada, y que es inconcebible que desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias la única solución que se ha buscado a esta falta de facultativos haya sido la eliminación de las guardias nocturnas, y culpar a la Comunidad Autónoma de no aceptar el traspaso de las competencias en materia de sanidad penitenciaria, que debería haberse producido hace más de 15 años