La Confederación Española de Policía -CEP- mantuvo una reunión de trabajo con el Senador del Partido Popular y candidato a la alcaldía de A Coruña D. Miguel Lorenzo Torres, donde se trató la crítica situación de las comisarías de la Policía Nacional en la provincia de La Coruña.
Una reunión donde Borja Varela Ramil y Fernando Patiño García, máximos responsables del sindicato en la provincia, expusieron al senador la delicada situación que atraviesa la plantilla policial ante la situación delincuencial actual, donde los delitos violentos en la calle, robos en domicilios y de vehículos, y la ciberdelincuencia no para de crecer.
Así lo dicen las estadísticas del Gobierno de los últimos años, sin tener en cuenta la atípica situación de la pandemia, pudiendo comprobar que pese a los esfuerzos de las actuales plantillas policiales los delitos en la provincia han aumentado un 29,4%.
Y es que pese a que el catálogo de puestos de trabajo en las comisarías de la provincia se encuentra actualmente cerca de su plena ocupación, los efectivos son insuficientes ante la realidad actual para luchar contra las nuevas especialidades delictivas, donde bandas itinerantes, crimen organizado y ciberdelincuencia hacen su agosto en las ciudades de la provincia.
Es por lo que se expone la necesidad de un aumento de un 15% de las plantillas policiales actuales, igual que se ha hecho este último año en el resto de España, donde se ampliaron en 2500 agentes, una ampliación que dejó discriminada a una Comunidad de Galicia con plantillas policiales desfasadas y obsoletas con los tiempos actuales.
Un ejemplo de ello es la presencia policial en las calles, la ciudad de Coruña ha pasado de tener en la calle y por turno diez coches patrulla a tres en pocos años, un hecho que se agrava en plantillas policiales pequeñas como las de Ribeira, “que tienen que hacer encajes de bolillos para sacar un coche patrulla”.
Y es que ante el aumento de la delincuencia habitual, de delincuentes de origen extracomunitario, en situación irregular y residentes en las ciudades de la provincia, con imposibilidad de proceder a su expulsión de territorio comunitario debido entre otros problemas, al cierre de fronteras de sus países de origen, a lo que se suma la problemática en alza de la ocupación y los narcopisos, con un gran aumento de los puntos de venta de droga, la sensación de inseguridad no deja de crecer en los vecindarios, de ahí la necesidad actual y crítica de aumentar las plantillas policiales en un 15%, lo que supondría más presencia policial en las calles y la creación de nuevos grupos de investigación para la lucha contra las nuevas modalidades delictivas.
Una realidad preocupante que fue trasladada al Gobierno actual en septiembre, y donde se informó al Delegado del Gobierno en Galicia de la situación crítica de las plantillas policiales, si bien hasta el día de la fecha no se ha constatado ningún avance que apunte a soluciones.
En la plantilla de Coruña, una pésima planificación unida a unas muy malas costumbres han llevado a que solo se pueda disponer de tres coches patrulla en el mejor de los casos.
Han convertido a unos agentes que deberían ser los más respetados por su labor y por ser la primera imagen y punta de lanza policial, en unos chicos de los recados, que tanto cubren puestos de seguridad, como los puestos estáticos de Hospital, cuando esos no son sus cometidos.
Por no hablar de cuando se pretende que hagan el trabajo o detenidos de otras unidades, hacer traslados, custodias, o mil y una gestiones impropias.
Y todo ello no de forma puntual, sino que es el día a día de la plantilla. Lo triste es que lejos de agradecerles el trabajo, cada vez los tratan peor, como a sirvientes.
¿Y que pasa cuando hay que cubrirlos a ellos? Pues que nadie les cubre, porque todos los puestos son sagrados en Coruña excepto los patrullas.
Una plantilla con histórica mala fama, y que va a peor porque de casi 800 efectivos todos quieren vivir lo mejor posible, pero que saque el trabajo adelante los cuatro gatos patrulleros.
Una policía que no cuida a sus agentes en la calle es una policía que no se respeta a si misma.
En Coruña a los patrullas les meten a cubrir todo. Los tienen de chicos para todo, sin agradecimiento y sin respeto alguno.
Pero cuando hay que cubrirlos a ellos nadie lo hace.
Eso entre otras muchas cosas es el problema, el poco respeto a los policías más importantes de una plantilla.