Enviaban mensajes de texto a teléfonos móviles haciéndose pasar por una entidad bancaria y por un importante centro comercial, a fin de obtener identidades y contraseñas de las víctimas y emplearlos de forma fraudulenta.
Solicitaban tarjetas bancarias a nombre de los estafados, con las que compraban productos de fácil salida en el mercado negro, así como bitcoins y realizaban reintegros en cajeros automáticos.
Agentes de la Policía Nacional han detenido en Valencia, en dos operaciones contra las ciberestafas a cinco hombres de entre 23 y 44 años, como presuntos autores del delitos de estafa y usurpación de identidad, tras enviar mensajes de texto masivos a teléfonos móviles haciéndose pasar por una entidad bancaria y por un importante centro comercial, a fin de obtener datos de las víctimas y emplearlos para estafar.
Se han intervenido más de 35.000 euros, 22 tarjetas de distintas entidades bancarias, 5 teléfonos móviles, 2 tarjetas SIM, 5 ordenadores portátiles y 56 soportes de SIM utilizadas.
La primera de las operaciones llevadas a cabo por el Grupo de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional en Valencia se inició a finales del mes de marzo, tras ser identificado un hombre en un control rutinario al mostrar una actitud esquiva ante la presencia policial, encontrándose en su poder dos tarjetas bancarias a nombre de otras personas, argumentando el mismo que se las había encontrado, sospechando los agentes que podría estar de dedicándose a estafar mediante la modalidad de Smishing.
Esta modalidad de estafa consiste en el envío masivo de mensajes de texto a teléfonos móviles, simulando en este caso provenir de un conocido banco, y en los que se afirmaba “su cuenta ha sido bloqueada temporalmente por motivos de seguridad”, indicando un enlace para verificar la identidad del usuario.
Las víctimas, creyendo recibir el SMS de su entidad bancaria, accedían al enlace falso e introducían los datos solicitados, tales como nombres y apellidos, claves, contraseñas y PIN para acceder a su cuenta online.
Con dichos datos, el investigado se hacía pasar por cliente de la entidad, pudiendo acceder mediante aplicaciones móviles a las cuentas de las víctimas y solicitar así tarjetas bancarias que eran remitidas a domicilios falsos, donde las recogía y las empleaba para comprar productos de fácil salida en el mercado negro, como teléfonos de última generación y ordenadores portátiles, además de tarjetas de bitcoin y de realizar reintegros en cajeros automáticos.
Finalmente, los policías establecieron un dispositivo de vigilancia sobre el investigado que permitió localizar su domicilio en la localidad de Alboraya (Valencia), comprobando como el mismo se desplazó desde allí a tres cajeros distintos de Valencia y Aboraya, realizando distintas extracciones de dinero, por lo que se procedió a su detención como presunto autor de los delitos de estafa y usurpación de identidad.
En el momento de la detención, le intervinieron dos tarjetas bancarias a nombre de clientes de dos entidades bancarias y que habían sido obtenidas mediante smishing, y cuyos titulares desconocían de la existencia de las mismas
Además en el registro de su domicilio se intervinieron más de 35. 000 euros, 22 tarjetas de distintas entidades bancarias, 4 teléfonos móviles, 2 tarjetas SIM, 2 ordenadores portátiles, 54 soportes de SIM utilizadas, así como 10 gorras que el detenido portaba siempre que realizaba extracciones en los cajeros para evitar ser reconocido.
Cientos de mensajes fraudulentos
En una segunda operación, cuyas investigaciones comenzaron el pasado mes de abril, han sido detenidos cuatro hombres, que a través de la modalidad de smishing se hicieron con los datos de tarjetas de compra de un reconocido centro comercial. Posteriormente, las utilizaban en la compra de artículos de fácil salida, como componentes informáticos o telefónicos, que adquirían a través de la plataforma digital del establecimiento comercial para posteriormente venderlos a bajo precio a través de una aplicación de mensajería anónima difícil de rastrear.
Uno de los arrestados se encargaba de conseguir la información en bases de datos públicas de Internet, para a través de aplicaciones digitales falsificar los DNI con los que conseguían las tarjetas que luego utilizaban para las compras
Se da la circunstancia, que en este tipo de delitos, las entregas de los productos adquiridos no se realizan en el domicilio aportado por los sospechosos, si no que esperan a los repartidores en las inmediaciones del punto de entrega, propiciando un encuentro casual para que les den la mercancía en la calle. Esto, unido a técnicas de anonimato en Internet, dificulta enormemente la tarea de los investigadores. Se han esclarecido hechos denunciados en distintos puntos del territorio español como; Gijón, Cádiz, Málaga y Valencia
La rápida respuesta de los policías en ambas operaciones, ha permitido que otros clientes no se vean afectados.