Agentes de la Policía Nacional han custodiado la extradición a España de Carlos García Juliá, uno de los autores materiales de la “matanza de Atocha de 1977”, reclamado por la Audiencia Nacional.
La custodia se ha realizado durante un vuelo que despegó ayer en Brasil y que ha aterrizado esta mañana en el aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez.
García Juliá, nacido en el año 1955, fue condenado el día 29 de febrero de 1980 por la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional a 193 años de prisión como autor material de cinco delitos de asesinatos consumados y cuatro frustrados. Sobre las 22:30 horas del día 24 de enero de 1977, García Juliá y otras dos personas irrumpieron en un despacho de abogados laboralistas de Comisiones Obreras, situado en el número 55 de la calle Atocha de Madrid. Allí abrieron fuego contra los presentes con pistolas de calibre 9 mm parabellum. Los autores de la denominada “matanza de Atocha de 1977” pertenecían, según la sentencia, a un “grupo activista e ideológico, defensor de una ideología política radicalizada y totalitaria, disconforme con el cambio institucional que se estaba operando en España”.
Recibió autorización para aceptar un trabajo en Paraguay
A Carlos García Juliá se le concedió la libertad condicional el 23 de octubre de 1991. Después, el Tribunal accedió a otorgarle la autorización de salida de España para aceptar una oferta de trabajo en Paraguay, debiéndose presentar mensualmente en la Embajada española en aquel país. Una vez allí, rompió las obligaciones de su libertad condicional, por lo que se le declaró prófugo el día 14 de agosto de 1996.
Posteriormente, lo detuvieron en Bolivia el día 17 de junio de 1996, donde se le condenó a una pena de prisión de seis años por un delito de tráfico de estupefacientes. Cuando el día 29 de noviembre de 2000 llegó la solicitud de extradición de la Audiencia Nacional a Bolivia, el preso ya se había fugado, pues aprovechó un beneficio penitenciario un año antes para no presentarse ante un Juzgado de vigilancia penitenciaria de La Paz. A partir de esa fecha, y durante los siguientes veinte años, se le perdió la pista.
Vivió en Brasil con una identidad venezolana falsa
Gracias a las investigaciones de la Policía Federal Brasileña en colaboración con la Policía Nacional de España y el apoyo de las respectivas Oficinas Centrales de Interpol en Madrid y en Brasilia, el 31 día de agosto de 2018 se ubica al prófugo en São Paulo, descubriendo que había entrado en Brasil en 2009. Tras completarse la investigación y reconstruir la vida desapercibida que había llevado en aquel país bajo una identidad venezolana falsa, lo detuvieron el 5 de diciembre de 2018 en Barra Funda, un barrio céntrico de clase media de São Paulo, donde vivía trabajando como conductor en una empresa de VTC.
Al oponerse el reclamado a la extradición, el procedimiento se dilató trece meses por los sucesivos recursos y apelaciones que ha ido ejerciendo la defensa ante las autoridades judiciales brasileñas, alegando la prescripción del delito, defectos en la doble incriminación y el tiempo de cumplimiento de prisión en Bolivia. Finalmente, tras la presentación de las debidas garantías del Estado español por vía diplomática, el ejecutivo de Brasil accedió a la entrega en extradición.
Llegada a España en la mañana de hoy
Tres agentes de la Policía Nacional, pertenecientes a la OCN Interpol, se han desplazado hasta Brasil a fin de realizar los preceptivos trámites documentales de entrega con las autoridades de ese país. En el día de ayer, el reclamado fue entregado a los agentes españoles en el Aeropuerto Internacional de Sao Paulo embarcando en avión rumbo a España. En la mañana de hoy, el vuelo que transportaba al fugitivo y a los agentes encargados de su custodia ha aterrizado en el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez.