Con el aumento del uso de las nuevas tecnologías, los usuarios de las mismas son más proclives a ser víctima de los ciberdelincuentes, personas especializadas en el uso de aplicaciones de internet de manera fraudulenta.
La estafa conocida como “falso hijo” consiste en que los delincuentes se hacen pasar por el supuesto hijo o hija y solicitan dinero de forma urgente. De este modo, consiguen que la víctima realice pagos de importantes cantidades de dinero, con el convencimiento de que su hijo tiene esa urgencia real.
Los estafadores son expertos en el manejo de la psicología y la conducta humana, por lo que establecen previamente una serie de indicadores para saber si la persona a la que están llamando se trata de una víctima vulnerable a la que poder engañar fácilmente.
El método utilizado por estos delincuentes consiste en que la víctima recibe un mensaje a través de aplicaciones de mensajería móvil de su supuesto hijo o hija. Con diferentes excusas el estafador explica que se ha cambiado de número de teléfono, que solamente puede enviar mensajes, que le escribe desde el teléfono de una amiga o que su teléfono no funciona correctamente. De esta forma el delincuente prepara el terreno para ejecutar su estafa.
A continuación, jugando con la desesperación y con la urgencia de una supuesta situación de necesidad, solicita de forma urgente el pago de una cantidad de dinero elevada. Los motivos pueden ser también diferentes: desde un problema médico o el pago de una deuda, hasta que se encuentra de viaje en el extranjero y necesita el dinero para comprar un teléfono móvil o pagar el viaje de regreso por problemas en el pago con su tarjeta bancaria.
La conversación se produce de forma rápida y acelerada con el objetivo de no permitir que la víctima pueda darse cuenta del engaño, insistiendo en esa situación de urgente necesidad que nos induce a cometer el error de efectuar un pago de dinero.
Los pagos se están realizando tanto por transferencia bancaria, como por una conocida aplicación de pago instantáneo de móvil, como a través de cajeros de criptomonedas situados en centros comerciales, y por importes elevados que van desde los 900 hasta los 2.500 euros.
Consejo para no ser víctima de este tipo de estafa
- Desconfíe si recibe un mensaje de su hijo/a u otro familiar pidiéndole dinero de forma urgente o inmediata.
- Intente contactar de forma directa con ese familiar o a través de otra persona llamándolo por teléfono o a su lugar de trabajo en lugar de responder al mensaje.
- Nunca realice pagos por transferencia a cuentas extranjeras, las cuentas bancarias españolas empiezan siempre por la denominación “ES” (España).
- No realice pagos por mensajería de pago instantáneo a números de teléfono que no conoce ni pagos en cajeros de criptomonedas a personas desconocidas.
- Si llama a su familiar y este no responde escríbale a su número de teléfono habitual.
- Pida pruebas de que la persona es quien dice ser.