Hace una semana desde la Moncloa se anticipaba que el empeoramiento de la pandemia está impactando con fuerza en la economía por lo que se prevén “seis meses muy duros” hasta que la vacunación se generalice. La economía no se recupera como se esperaba. La Unión Europea y los propios bancos reducen las expectativas a la mitad. Los Presupuestos aprobados se basan en una falsa predicción de crecimiento del 9,8% del PIB, cuando la Comisión Europea los reduce al 5,4 % y el BBVA al 5,5%. Si no fuera poco en el último año en España 109.400 empresas o negocios han desaparecido y 1.140.000 personas, entre puestos de trabajo perdidos y acogidos por ERTE ¡Casi nada!
Pues bien, el pasado sábado, Sánchez, que no el presidente, en plena campaña preelectoral de Cataluña, dice “España vive los últimos coletazos de la peor crisis de las últimas décadas”. Es decir, por arte de magia, en unos días hemos pasado de la llegada de seis meses muy duros para la economía a los últimos coletazos de la crisis sanitaria y económica. Les suena aquello que el presidente, no Sánchez, dijo en junio pasado “hemos vencido el virus”. Pues eso, una nueva mentira política utilizada también en tiempos electorales, que en las últimas generales le permitió una victoria apurada, pero victoria a fin de cuentas. En esa campaña ya utilizó reiteradamente la mentira política. Les sigo refrescando la memoria “algo perdida”, Pablo Iglesias le quitaba el sueño a Sánchez. Pues al día siguiente de las elecciones pacto un gobierno de Pedro y Pablo, pero, ya no era Sánchez, era el candidato a Presidente. Sigo recordando, Sánchez jamás pactaría con los independentistas y los bildu etarras. Pues, ya ven, socios hasta morir, con los próximos indultos a los golpistas y en libertad o acercamiento los más viles y sanguinarios terroristas de ETA, sin arrepentimiento ni colaboración con la Justicia. También, la prometida dignidad de las víctimas de ETA, tan enterrada como los propios cadáveres esparcidos por toda España. Suma y sigue.
Pero, al menos, espero que tengan memoria para recordar lo que Sánchez, que no el presidente, prometía también en campaña electoral: la unidad de España no se toca, cuando el gobierno ahora se apoya en los que la quieren romper diariamente; la Monarquía Parlamentaria es nuestro modelo de Estado, cuando ahora tratan de acabar con ella por inanición sin respetar las reglas del juego democrático; la Constitución hay que respetarla decía, cuando ahora ya están realizando reformas por la puerta oscura sin seguir los cauces legales previstos en la misma; y la Separación de Poderes, cuya voladura ya está en marcha, aunque el CGPJ y la Unión Europea se resistan. Todo un engaño, una farsa, una patraña, una reiterada mentira política. Todo esto y mucho más está pasando en España. Sánchez, que no el presidente, prometió a los electores lo contrario a lo que ahora está haciendo. A tal respecto, decía, un jurista donde los haya, D. Antonio Garrigues Walker “La mentira probada tiene que provocar la dimensión del mentiroso y abrir un proceso de responsabilidades penales o civiles”. Y, el también abogado, filósofo e historiador Francois-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, señalaba: “La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria”.
Sin embargo, el PSOE, el auténtico, que se encuentra vagando por el desierto, está a tiempo de cambiarlo todo, aunque para ello tiene que tener el arrojo político y ético para hacerlo. Sería la mejor de las fortunas para la libertad, la democracia, la prosperidad y la paz de todos los españoles, que es la más importante de las victorias. No deben olvidar que, al final la mentira y el engaño tienen fecha de caducidad, al final todo se descubre. Al mismo tiempo la confianza se muere para siempre.
En fin, a pesar de los buenos augurios interesados de Sánchez para facilitar el camino electoral de Illa en las elecciones catalanas, lo cierto es que el año 2021 será caótico como bien lo definió Jorge Bustos. Serán meses de ruido y furia que no contará un idiota sino muchos que se sienten tomados por idiotas. Porque no va a haber trabajo, ni ayuda para los que la están esperando, ni deuda europea sin fin. Porque uno no explota en mitad de la tormenta, sino cuando vuelve a salir el sol e ilumina tus escombros junto con la finca intacta del vecino. Por qué él sí y yo no. Ahí nace el momento revolucionario. Y es en ese momento cuando la chistera de un Gobierno de acreditados ilusionistas se desfonda, y la mano sudorosa del prestidigitador ya solo saca conejos muertos mientras sube el rugido del patio de butacas. Ojalá que recobremos la memoria perdida, desaparezca la mediocridad y el retorno de las élites a la política se haga visible. ¡Hasta pronto!
Autor: Manuel Novás Caamaño | Abogado