Podría hablar de los políticos de medio pelo y de sus guerras internas; de la pandemia con sus vacunas que no está claro que inmunicen; del próximo confinamiento encubierto; de nuestra economía, que será la última en recuperarse; de las colas del hambre y las de los bancos, con los ancianos pasando frio, calor y hasta miedo, toda una humillación; del incumplimiento de la Constitución y de sus sentencias del TC; del independentismo descontrolado; de la educación, que cada vez más empobrece a la cultura; de la Monarquía vilipendiada; de los bonus fiscales jugando con el empobrecimiento de muchos y la riqueza para unos pocos; de las anteriores plusvalías declaradas ilegalmente no reclamables; de la inseguridad de la policía, sus familias y la de los propios ciudadanos con la ley mordaza como bandera.
Pero no, ahora voy a hablar de la próxima Navidad con la esperanza de que no la envenenen como la pasada; de la que esperan nuestros grandes campeones; de la que anhelan nuestros pequeños, ahora puestos de diana de la pandemia; de su Nacimiento y/o árbol navideño; de su Papá Noel o Reyes Magos, de sus juguetes, de sus ilusiones, de su vida. Ahora toca hablar de la vida, no del confinamiento y restricciones. Ahora toca hablar de la felicidad, no del sufrimiento o del miedo. Ahora toca soñar con la lotería de la suerte, también con la suerte de la salud, trabajo y amor.
Es lo único que pedimos ahora a los políticos, que por unas semanas nos dejen en paz, que sigan de vacaciones permanentes, pero en silencio, que las muñecas o muñecos se las dejen a los niñas/os, recordando aquella mítica canción, luego villancico de principios de los años setenta, referente del amor, la nostalgia, la madurez y la familia, más que ausentes en nuestros tiempos, cuya estrofa decía: “Las muñecas de Famosa se dirigen al portal, para hacer llegar al Niño su cariño y su amistad. Y, Jesús, en el pesebre, sonríe porque está alegre. Nochebuena de amor, Navidad jubilosa: es el mensaje feliz de las muñecas Famosa”.
Fue escrito por el periodista ya fallecido Luis Figueroa-Ferretti, que dedico a los ángeles de amor, a nuestros niños y niñas, a los más indefensos de los mortales, pero con muchas ganas de vivir, La Navidad de los sueños, que se hacen realidad para los más pequeños. Los auténticos santos inocentes.
Dejémosles, al menos a ellos, disfrutar sin ataduras de estas Navidades, que ya están a la vuelta de la esquina, dado que la vida sin vida no es vida. Bueno, ya me recojo con aquella frase atribuida al gran Mahatma Gandhi “Vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir siempre”.
Autor: Manuel Novás Caamaño | Abogado