Después de mucha polémica tras una chapuza legislativa sin precedentes por fin se aprueba la reforma de la ley del ‘solo sí es sí‘. El Gobierno ha claudicado ante la presión mediática y social retorciendo la palabrería hasta dar la razón a la ley que ya estaba en vigor con su predecesora.
Serafín Giraldo, analiza en el programa Castillón Confidencial las absurdeces e ignorancias de cierto sector político de izquierdas al entrar a debatir sobre conceptos tan básicos como el “consentimiento” y la imperiosa necesidad de diferenciar y aumentar las penas acorde el tipo delictivo.
La norma impulsada por Irene Montero y su círculo unificaba el delito de abuso (con penas más bajas) y agresión sexual (con penas más altas) en una agresión universal. Esto, implicó que la horquilla de condenas para la agresión sexual tuviera penas mínimas más bajas, lo que ha generado una oleada de revisiones de condena dejando a cientos de depredadores sexuales con penas rebajadas y más de 100 excarcelados. La modificación de la ley no evitará que se sigan revisando sentencias de delitos previos a su entrada en vigor, pero sí condicionará las condenas que se produzcan a futuro.
