La inseguridad privada

La Seguridad Privada está viviendo unos momentos muy complicados. El aumento desproporcionado de las agresiones que vienen sufriendo, más la falta de compromiso del legislador por dar una solución clara y efectiva a dicha problemática. Donde, no queda clara ni la figura del VS, sus funciones y sin cobertura legal para poder desempeñar su cometido. También podríamos decir, la carecía de medios personales, materiales y formativos.

Estamos hablando de una dejadez sin igual por parte del legislador. Hablamos de un sector donde se tiene conocimiento de su aparición en 1889 con la figura del Vigilante Privado.

Siempre ha sido un colectivo infravalorado y hasta denostado. Actualmente, hay unas 200 mil personas, según policía, habilitadas en Seguridad Privada. Solo, poco más de 100 mil prestan servicio como tal. Es un sector que siempre es de actualidad, por las agresiones que sufren el colectivo. Afortunadamente, la consideración que tiene el ciudadano del personal de Seguridad Privada es muy buena.

Han podido comprobar cómo durante la pandemia, por poner un ejemplo, dicho personal siempre en primera línea ha logrado, junto con el personal de los servicios de emergencia, cubrir todas las necesidades del ciudadano, garantizando el normal funcionamiento de los servicios.

El ciudadano es consciente de las limitaciones que sufre el sector. Desde la administración, se ha filtrado que se les va a reconocer a dicho personal, la consideración de Agentes de la Autoridad. La verdad es que el legislador solo pretende reconocer dicha consideración solo al personal de seguridad privada que ejerzan funciones que podrían ser consideradas como públicas.

El sector de la seguridad privada, ha recogido la noticia con gran interés, pensando que será la solución a todos sus problemas. Por experiencia sé que es un error creer eso. En mi paso por la seguridad pública, donde permanecí varios años, pude comprobar, que dicha consideración es un arma de doble filo.

Por un lado; no te protege de ninguna agresión ni te libra de ella. Y, por otro lado, estás expuesto a denuncias por abuso de autoridad. La consideración, por su solo, no es solución para nada. Al personal de Seguridad Privada hay que darle una buena formación de base legal y policial. Se le debe dotar de las coberturas legales y funcionales que requiere su ejercicio. Hay que proporcionarles los recursos personales y materiales que requieren para su cometido. Tan importante como lo mencionado, es una remuneración justa y acorde a su labor. Si solo les damos la consideración de agentes de la autoridad. No solo no solucionaremos su problema, sino que crearemos otros nuevos. Será un fracaso por parte del legislador y no del personal de Seguridad Privada, al intentar construir sin haber creado unos buenos cimientos que garanticen el éxito.