La alimentación y el rendimiento físico están totalmente relacionados. Con una alimentación en un entorno saludable, adecuada a las necesidades de cada persona y equilibrada, será más fácil alcanzar al 100% el rendimiento físico. Por el contrario, una alimentación inadecuada por calidad o cantidad, mermará este rendimiento.
Principales grupo de alimentos que influyen en el buen estado físico
El método del Plato de Harvard es una forma sencilla de establecer una alimentación equilibrada en el día a día. Se trata de un recurso muy visual que ayuda a componer el esquema ideal de una alimentación saludable, sobre todo de manera cualitativa, que es la forma más sencilla de acercar a la población a conocimientos básicos de alimentación, siempre en un entorno de población general.
Las verduras y las frutas deberían ocupar el 50% de nuestra alimentación, el 25% debería ser hidrato de carbono y el otro 25% proteína. Además, lo ideal es tomar agua como bebida y aliñar con aceite de oliva virgen extra y especias, vinagre y sal.
- Verduras y frutas: son imprescindibles para aportar fibra suficiente al organismo, así como las vitaminas y minerales que hacen posible las funciones del cuerpo. Se recomienda consumir una variedad que respete la temporalidad y localidad de la materia prima para que sus propiedades nutricionales sean óptimas y el impacto sobre el medio ambiente sea menor.
- Hidratos de carbono (enfocado a aquellos complejos): se pueden encontrar en cereales como el arroz, el pan o la pasta; en las legumbres; en los tubérculos como la patata, el boniato o la batata; y también en frutos secos. En el caso de los cereales se recomienda que de manera frecuente estén en su versión integral ya que esto hará que su aporte en fibra, minerales y vitaminas sea mayor.
- Proteína: presente en producto animal como carnes, pescados, huevos y lácteos; así como en producto vegetal como las legumbres, los frutos secos o las semillas.
- El aceite de oliva es la grasa por excelencia, virgen o virgen extra son opciones con mayor valor nutricional pero sobre todo con mayor beneficio organoléptico. Los frutos secos, las semillas y el aguacate también son buenas fuentes de grasa.
- Las especias, la sal y el vinagre ayudan a hacer los platos más apetecibles. La comida se debe disfrutar, y esto es lo que más ayuda a poder llevar una alimentación saludable.
Se recomienda plasmar la imagen del Plato de Harvard en la cesta de la compra. De esta forma, la mayor parte de la cesta la ocupará materia prima, en lugar de productos ultraprocesados con listas interminables de ingredientes, refrescos, zumos, alcohol, entre otros.
Consejos o claves para mantener una alimentación saludable
- Planificar el menú en base al método del Plato Harvard. Con esta planificación, haz la lista de la compra.
- Disfrutar de la comida. Esto es imprescindible para salir del patrón tan arraigado que existe en el que para comer sano hay que hacer dieta y que hacer dieta significa sufrir. Lo importante es comer bien, sano, rico y equilibrado. En el caso de presentar alguna patología, por supuesto se debe adaptar la alimentación.
- Ser precavidos con la información sobre alimentación que se puede conseguir en internet o en redes sociales ya que puede ser confusa, poco actualizada y contraproducente. En su lugar, se debe seguir el consejo de un profesional y de fuentes oficiales y actualizadas.
¿Cuándo es necesario acudir a un especialista en nutrición?
Se recomienda acudir a un dietista-nutricionista titulado, colegiado y actualizado siempre que se necesite consultar sobre alimentación, ya sea porque se quiere mejorar en este aspecto, o porque existe alguna patología para la que es necesario hacer cambios en la dieta.
El Grupo Hospitalario HLA, a través del Proyecto AlimentACCIÓN, recoge todas estas premisas en las cocinas de cada uno de sus centros, compuestas por empleados de cocina y lideradas por un equipo de dietistas-nutricionistas. Además, desarrolla iniciativas en torno a la alimentación que contribuyen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y que tienen un impacto directo en la mejora de la salud de las personas.