La Guardia Civil desarticula una red delictiva por defraudar 2,7 millones de euros con falsas contrataciones y portabilidades telefónicas
La Guardia Civil, en el marco de la operación TELEFONES desarrollada en Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón y Cataluña, ha desmantelado una organización delictiva dedicada a estafar a las compañías operadoras de telefonía móvil mediante la realización de falsas contrataciones y portabilidades telefónicas.
Se estima que la red desarticulada habría defraudado 2.700.000 euros al traficar durante al menos 3 años con móviles de alta gama en diferentes localidades de 48 provincias españolas.
Obtenían fraudulentamente teléfonos móviles de alta gama en Europa y los vendían en Marruecos
El lucro principal de la organización criminal procedía de la venta en Marruecos de teléfonos móviles Smartphone, de alta gama, obtenidos de manera fraudulenta en España y otros países europeos, principalmente Francia y Alemania.
Para ello, una de las ramas de la organización se dedicaba a comprar de forma ilícita, en países de Sudamérica, datos reales de clientes de compañías operadoras de telefonía móvil que dan servicio en España.
Con esos datos, en establecimientos comerciales de “confianza” para la organización, se activaban líneas de teléfono prepago de compañías virtuales para después solicitar la portabilidad de estas líneas a las principales compañías operadoras en España.
Puesto que los datos del supuesto “cliente” resultaban ser reales y conocidos por las compañías operadoras, éstas ofertaban la posibilidad de contratar la compra a plazos de teléfonos móviles de alta gama.
Hechas las contrataciones, los teléfonos eran enviados por las compañías a través de empresas de mensajería donde la organización también contaba con repartidores captados que entregaban irregularmente los terminales a la última rama de la organización, encargada de receptar los smartphone, gestionar su salida hacia Marruecos mediante el uso de “mulas” y lograr allí su venta al público obteniendo el beneficio final de la actividad criminal.
Todas las personas que formaban parte del entramado criminal recibían un pago por los “servicios” prestados de acuerdo a sus funciones, previamente delimitadas.
Los jefes o “cabecillas” se encargaban de pagar un precio prefijado por los datos de clientes obtenidos en Sudamérica y posteriormente vendían los terminales móviles a un segundo escalón jerárquico. Este segundo escalón se dedicaba a pagar a los repartidores por cada envío entregado, así como también a las personas encargadas de transportar los terminales hasta Marruecos. A su vez, este escalón tenía en el país vecino sus propios cauces de venta de los terminales móviles al público general.
Paralelamente a la actividad principal de la organización, algunos de los miembros, utilizaban los datos obtenidos de terceros para estafar a financieras automovilísticas y formalizar pequeños créditos o préstamos personales.
Alto nivel de vida de los clanes afincados en España y Marruecos
Una de las principales características de los líderes de la organización era su movilidad geográfica con el fin de obstaculizar cualquier tipo de investigación de la que pudieran ser objeto, lo que les hacía desplazarse continuamente por distintas provincias españolas e incluso por el extranjero.
Las actividades delictivas reportaban importantes beneficios a los principales miembros de la organización, los cuales mantenían un alto nivel de vida en España llegando incluso a adquirir propiedades inmobiliarias y vehículos de alta gama.
Además, para no levantar sospechas, trataban de mantener las cuentas bancarias con un saldo normalizado realizando continuas extracciones de efectivo. El dinero en efectivo era transportado hasta Rumanía y Marruecos, países de origen de los integrantes de la organización, donde lo utilizaban para la adquisición y acondicionamiento de propiedades, algunas de ellas de lujo.
Durante los 9 registros practicados en la operación se intervinieron numerosos efectos de valor procedente de las actividades ilícitas del grupo, destacando 10 vehículos, 305 teléfonos móviles, 425 tarjetas SIM, 16.153 euros en efectivo, 335 dólares americanos, 41.000 pesos venezolanos, 2 ordenadores portátiles provistos de programas para manipular documentos de identidad y números de cuentas bancarias y abundante documentación de interés relativa a la actividad delictiva desarrollada por la organización.