La Guardia Civil, en la denominada operación RÍO MACA, ha desarticulado una gran organización criminal dedicada a introducir de hachís en las Islas Canarias, deteniendo a sus 18 integrantes e incautando 1.450 kilogramos de hachís.
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La investigación comienza con la identificación de M.S., un súbdito marroquí de 35 años considerado principal integrante y líder indiscutible de este grupo criminal.
Esta persona contaba con los contactos directos para llevar a cabo su actividad, siendo él mismo el encargado de dar las instrucciones directamente a todos los integrantes de la red: desde a los camioneros que hacían rutas por la geografía marroquí para recoger los fardos de droga en los lugares de producción, hasta a quién tenía que realizar la ruta marítima y su posterior alijo en las costas canarias.
Modus operandi
Los productores de hachís en Marruecos le indicabab a llamado M.S el número de fardos y el lugar donde sus transportistas tenían que recogerlos para trasladarlos hasta la costa del Sahara, donde eran custodiados hasta su envío a Canarias a través de embarcaciones.
Una vez que la droga salía de Marruecos, el resto de la organización recibía el estupefaciente en distintos puntos de la costa del archipiélago canario, siendo estos lugares elegidos a conciencia y con todo detalle, para lo que, en días previos al alijo, se desplegaban numerosas personas para evitar y controlar la presencia policial, creándose una sensación total de impunidad entre los participantes.
El despliegue humano y técnico que el líder de la organización trasladaba a la zona seleccionada para alijar era de tal magnitud, que no intentaban controlar sólo la playa elegida, sino una amplia zona de la isla, por lo que no dudaban en alijar a plena luz del día, ante la estupefacción de vecinos y bañistas.
Una vez supervisada la mercancia por el lider de la organización, la droga era trasladada a “guarderías” y de ahí a vendedores mayoristas, intercambiándose elevadas cantidades de dinero que se hacían llegar a los propietarios del hachís en Marruecos.
Mano derecha
Todo este circuito del hachís era dirigido en exclusiva por M.S y sus dos lugartenientes, uno en Marruecos y otro en Lanzarote.
El de Marruecos se encargaba de supervisar la vigilancia y embarque de la droga en las costas marroquí, así como de la selección de los patrones y de las embarcaciones.
En Lanzarote la lugarteniente era C.G.R.G, una mujer de 58 años que no sólo se encargaba de seleccionar a los participantes en los alijos y a las personas encargadas de la custodia y ocultación de la sustancia en territorio nacional, sino que también era la encargada de supervisar los pagos, para lo que no dudaba en viajar entre diferentes islas para ejercer presión cuando se demoraban los mismos.