El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha presentado este jueves en la sede de la Dirección General de Tráfico (DGT) la Estrategia de Seguridad Vial 2030. Un documento que pretender ser el marco nacional de referencia en la política de seguridad vial con el objetivo de reducir a la mitad para el año 2030 el número de muertes y lesionados graves causadas por accidentes de tráfico.
El Plan de Actuaciones de Seguridad Vial 2022-2023 recoge las acciones que se desarrollarán durante este periodo para conseguir una movilidad segura. Este primer plan apuesta por la educación, la formación y la información para que los usuarios de las vías estén formados y capacitados, junto con acciones de vigilancia y control de las normas de tráfico y con mejoras en vehículos e infraestructuras.
Precisamente, una de estas acciones recogidas en dicho plan es poner en marcha un nuevo permiso de conducir B-1 a partir de los 16 años. Este permiso, ya previsto en la Directiva Europea de Permisos de Conducir, habilitará para para conducir cuadriciclos de motor con velocidad máxima superior a 45km/h. Hasta ahora, estos vehículos sólo pueden conducirse con el permiso B. Con esta medida se pretende promover los vehículos eléctricos y aumentar las opciones de movilidad en áreas de menor densidad de población.
Hasta ahora, la edad mínima para conducir un coche era de 18 años, aunque a los 15 se puede sacar la licencia de ciclomotor, que autoriza a manejar motos y scooters de hasta 50 centímetros cúbicos. Los de 16 y 17 años están autorizados a llevar motocicletas (con el permiso A1) y cuadriciclos ligeros que llegan a los 45 kilómetros por hora (con el AM). Por tanto, la medida es bastante significativa ya que permitirá a los jóvenes conducir coches aunque con ciertas limitaciones. Se trata de un sistema ya implantado en diversos países europeos como Francia, Portugal, Italia o Reino Unido.
El objetivo de la estrategia está alineado con los de organizaciones internacionales como Naciones Unidas o la Unión Europea, reducir un 50 por ciento el número de fallecidos y heridos graves en siniestros viales. “Sabemos lo que queremos, sabemos a dónde vamos y sabemos cómo hacerlo para mantener el proceso de avance y mejora con el que todos estamos comprometidos”, ha continuado Grande-Marlaska.
“Aúna la visión de organismos supranacionales y nacionales, porque siempre he defendido que la política de seguridad vial no debe ser de un ministerio, ni siquiera de un gobierno: nos concierne a todos, es una responsabilidad de todos y tenemos que diseñarla de consuno con el mundo globalizado en que estamos”, ha añadido el ministro del Interior.