Son muchas las veces que hemos visto en películas esas grandes persecuciones entre “polis” y “cacos” repletas de derrapes, trompos y otros giros de locura, en las cuales los coches, asombrosamente, apenas sufren daños, y además, en las que siempre hay algún puesto de fruta que acaba por los aires. Pero ahora bien, ¿qué hay de realidad en esa conducción y en todas esas maniobras? Lo analizamos.
Lo primero que debemos reseñar es que estas maniobras son llevadas a cabo por especialistas a bordo de vehículos preparados y en entornos controlados. La vía pública abierta al tráfico no es lugar idóneo para practicar estas maniobras como si fuéramos protagonistas de la última entrega de Fast Furious.
No obstante, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad recurren a estas maniobras en situaciones de extrema necesidad. Es el caso de los policías especialistas en la protección de altas personalidades (VIP). Dominar las técnicas implícitas en la conducción evasiva es una herramienta vital en el desarrollo de las funciones de estos profesionales.
La conducción evasiva es esa conducción que tiene como objetivo evadir (de ahí su nombre) el ataque de algún enemigo, y adquiere importancia en EEUU en los años 70 debido al gran número de personalidades asesinadas en emboscadas en sus vehículos a manos de las mafias y de contrabandistas, por motivos ideológicos o políticos.
En este artículo repasaremos las maniobras más importantes implicadas en la conducción evasiva, maniobras que, como decimos, conceden ese segundo extra que puede salvar vidas. Comenzamos:
1) “Trompo” o vuelta Californiana
Imaginemos que somos escoltas de una alta personalidad y repentinamente un vehículo se interpone en nuestro camino con actitud nada amistosa. Valoramos la amenaza y posiblemente nuestra única salida sería dar media vuelta y volver por donde hemos venido. La protección de la personalidad es lo que prima.
En esta situación, cuando el tiempo apremia, existiría la posibilidad de realizar un “trompo” o vuelta californiana. Se trata de un giro brusco de 180º sobre sobre el eje vertical del vehículo con el fin de poder cambiar el sentido de la marcha lo más rápido posible.
En líneas generales, los pasos para realizar esta maniobra serían los siguientes:
1. Llegar al espacio donde queremos hacer el giro a una velocidad de unos 50 o 60km/h
2. Girar el volante bruscamente hacia el lado que queremos ir, a la misma vez que accionamos con energía el freno de mano. En este punto debemos, a su vez, pisar el embrague hasta el fondo. Evitaremos el calado del motor y además tendremos ese paso dado para engranar la primera velocidad cuando el vehículo haya terminado el giro deseado.
3. Una vez que el vehículo haya dado el giro y se encuentre en la dirección buscada, engranamos la primera marcha y aceleramos. Son varias las dificultades que nos podremos encontrar a la hora de realizar esta maniobra debido a diferentes factores, como pueden ser el estado del freno de mano, la velocidad, etc.
Sin embargo, si la realizamos con éxito habremos ganado unos segundos vitales para poder escapar del foco de peligro con éxito.
2) Vuelta contrabandista o “j turn”
Sigamos con el ejemplo anterior. Nos han bloqueado el paso y no tenemos más alternativa que volver por donde hemos venido, pero además se añade la dificultad relacionada con la falta de espacio delante de nuestro vehículo para poder realizar el “trompo” o vuelta californiana.
Probablemente en esta situación lo más recomendable sería realizar la vuelta contrabandista o “J turn”. Esta maniobra consiste también en realizar un giro de 180º con nuestro vehículo, pero esta vez iniciando la maniobra marcha atrás para finalmente acabar hacia adelante. Los pasos a seguir para realizar esta maniobra son los siguientes:
1. Engranamos la marcha atrás y colocamos nuestra mano izquierda a la derecha del volante. Si
simulamos que éste es un reloj, las colocaríamos a las tres.
2. Observamos la parte posterior del vehículo a través del cristal trasero o bien por los espejos, si
éste no permite la visibilidad y presionaremos el acelerador sin contemplaciones.
3. Cuando alcancemos una velocidad considerable, giraremos con brusquedad hacia la izquierda a la vez
que pisamos el embrague para provocar el giro del tren delantero del vehículo.
4. Mientras el vehículo se encuentra pivotando sobre su propio eje tendremos que engranar la primera marcha a la vez que enderezamos el volante para que las ruedas queden orientadas hacia adelante cuando termine de girar y poder así acelerar y alejarnos del lugar.
Nuevamente, si la maniobra evasiva se ha realizado de manera correcta, habremos ganado nuevamente esos segundos que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte.
3) Salida de emergencia
En los casos que necesitamos salir de manera urgente pero nuestro vehículo se encuentre “encajonado” entre dos obstáculos, existe una maniobra que nos permitirá salir de una manera mucho más rápida. Para ello, lo que tendremos que hacer es lo siguiente:
1. Girar todo el volante hacia el lado que queramos salir.
2. Dejar puesto el freno de mano y acelerar (con el embrague pisado) hasta las 4000 o 5000
revoluciones
3. Soltar el embrague
Con esto lo que conseguiremos es que el vehículo comience a girar sobre el tren trasero debido
a la acción del freno mano, por lo que necesitará menos espacio para realizar el giro.
Como hemos visto, la conducción evasiva, en situaciones determinadas y llevada a cabo por conductores debidamente entrenados, puede salvar vidas. Por eso es fundamental no abandonar la formación en esta materia y que nuestros agentes continúen recibiendo una instrucción continuada y de calidad.
Bristol Ojeda, experto en formación vial