Un padre de Mairena de Aljarafe (Sevilla) publicaba un vído que se hizo viral en Twitter, y que acusaba a la Guardia Civil de matar a su hijo. Ángel Bejarano, aseguraba que su hijo de 37 años había muerto “como consecuencia” de la “manera brutal” en que había reducido a su hijo.
Pero no contaba, según publican Libertad Digital y ABC Sevilla que:
- Que fueron él y su esposa quienes habían solicitado la presencia de los agentes por miedo a lo que su vástago les pudiera hacer.
- Que ellos mismos relataron en su llamada de socorro, Carlos “estaba muy drogado, había actuado de forma violenta e incluso les había intentado agredir con un martillo”. “La escena que los compañeros se encontraron al llegar fue surrealista”, “la casa estaba reventada”. “Había un tenedor de trinchar clavado en la parte superior de la lavadora y una vitrocerámica destrozada a martillazos”. De hecho, en el servicio de emergencias 112, consta “la llamada de una vecina por ruidos en la vivienda”.
- Que Carlos a la llegada de la Guardia Civil no estaba en el inmueble, pero “estaban atemorizados por si regresaba”.
Hasta ahí todo normal, acorde a una intervención policial de estas características. Policía y Guardia Civil se encuentran todos los días con personas violentas y/o que van drogadas, a las que tienen que reducir para evitar males mayores. Y este, Carlos Bejarano, “iba hasta las cejas” y “suponía una amenaza” para los demás. Lo que extrañó a los agentes que se personaron en la vivienda es que, cuando estaban reduciendo al joven, el padre de éste comenzó a grabarles con su teléfono móvil.
Según LD que ha tenido acceso a la autopsia, manifiesta que el examen post mortem de Carlos Bejarano, fallecido el 19 de septiembre, certifica que “murió por la combinación del consumo de alcohol y cocaína con la excitación de la detención” y -por tanto- “no existe vinculación o concordancia” entre la intervención de la Guardia Civil y su fallecimiento.
Hay tenéis el video casi completo, antes de acusar hay que saber toda la verdad pic.twitter.com/39PaKazmxH
— Jose (@jose45077) November 9, 2022
¿Hacia dónde vira esta sociedad? Tras leer esta noticia en varios medios de comunicación, sólo cabe pensar una cosa: qué fácil atacar a quienes consideramos los débiles de esta historia. Me explico.
Hemos entregado a las FF.CC.S la potestad y el ejercicio para defendernos de la violencia, pero en el momento de intervenir siempre existe una persona que sabe mejor que nadie cuál es la forma y modo en el que deben proceder a una detención. Y siempre existe alguien que desenfunda su teléfono móvil para grabar lo que a su juicio, es un abuso de autoridad. Arremetemos contra la policía por una sencilla razón, sabemos que ellos no van a tomar represalias contra nosotros, nos sentimos impunes y con la suficiente “autoridad” para denunciarles cuando creemos ver un exceso en sus actuaciones; pero me pregunto lo siguiente: ¿grabaríamos y denunciaríamos también si vemos que el que pega a un policía es un delincuente? Me atrevería a decir que no, por el miedo de que el susodicho sea un peligroso delincuente y pueda venir a por nosotros. Por lo tanto, como en todos los estratos sociales, embestimos contra los que consideramos débiles. Y es más, esas mismas personas que graban a los agentes son las mismas que cuando hay una situación de peligro, acuden a la policía para que les resuelva la papeleta.
No puedo dar mi opinión de la historia porque me faltan datos, pero me gustaría que esto sirviese para que nos paremos a pensar en qué momento nos hemos puesto a caminar en dirección contraria. A las FF.CC.S hay que valorarlas más y darles el respeto que merecen. Y si alguno comete abuso de autoridad, que asuntos internos haga lo que tenga que hacer.