Según se cita en un comunicado de la asociación de la guardia civil AUGC, hoy se celebra juicio contra un guardia civil afiliado a su delegación Murcia, en el Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid por un supuesto delito militar de simulación de enfermedad con una posible pena de cuatro meses a tres años de prisión
El trabajador está siendo asistido en este proceso por los servicios jurídicos de AUGC Murcia, que en sus conclusiones provisionales niegan el relato formulado por el Ministerio Fiscal. En su escrito de defensa, la letrada de AUGC explica que el guardia civil estuvo en situación de baja médico-psiquiátrica para el servicio desde marzo de 2014 hasta febrero de 2017, cuando fue dado de alta para el servicio de forma forzosa por el coronel médico entonces responsable de los servicios médicos de la Comandancia de Murcia, con la limitación de no portar armas.
Dicha alta médica se decidió pese a que el coronel médico no es psiquiatra, sino médico de familia, sin especialidad alguna, y sobre todo en contra del criterio del doctor, éste sí psiquiatra especialista, que venía tratando al trabajador desde 2015, y que recomendaba que se mantuviera la baja laboral por existir un alto riesgo de perder el control y los impulsos, riesgo en el uso de las armas y riesgo de poder causar daños a sí mismo y/o a terceros.
Tras este alta forzosa, el agente se reincorporó al trabajo, siéndole asignado por el comandante de puesto un servicio unipersonal de oficina y atención al ciudadano. El trabajador, que estaba solo en el puesto, al ver que le faltaba el arma en su uniformidad, buscó otra en el vestuario, la montó y de repente se sorprendió a sí mismo mirando hacia el interior del cañón. Ante esta situación se asustó y llamó al cabo primero que ejercía de comandante de puesto, solicitándole que acudiera urgentemente. Cuando éste llegó, se encontró con el guardia civil en una situación de gran estrés y el arma sobre la mesa.
El agente fue trasladado al hospital de Caravaca de la Cruz, donde la psiquiatra de urgencias que lo atendió apreció ideas de muerte y recomendó su traslado un centro psiquiátrico especializado. Sin embargo, y pese a carecer de conocimientos en medicina,y mucho menos en psiquiatría, el capitán jefe de la Compañía de Caravaca de la Cruz afirmó que todo se trataba de una simulación para conseguir una nueva baja médica.
Una vez en el hospital psiquiátrico se le diagnosticó un transtorno ansioso depresivo. Días después, tras ser revisado por su psiquiatra, se le concede la baja médico laboral, situación que mantiene desde entonces.
Sin embargo, y a pesar de los numerosos testimonios y diagnósticos de los profesionales en psiquiatría, que certifican la existencia de una enfermedad, a día de hoy el trabajador se enfrenta a una posible pena de prisión por el delito de simulación de enfermedad.
Fuente: comunicado AUGC