En el juicio a Ana Julia todo parecía claro en televisión y medios, pero la realidad se debe demostrar con pruebas ante el Tribunal del Jurado.
Aunque lo parezca nada está decidido.
De un lado el fiscal y la acusación solicitan la pena de prisión permanente por un asesinato alevoso y premeditado a Gabriel, un niño sensible e inocente con poca capacidad de defensa frente a Ana Julia.
Los primeros indicios que la guardia civil convirtió en pruebas sustentan esta petición. Ana Julia planificó, cavando incluso una tumba, la muerte del menor, aprovechó la ocasión cuando estuvo solo y termino con su vida por asfixia. Realizó “un macabro plan criminal” como dijo el juez instructor, llegando a desenterrar al menor cuando se vio acosada, e insultar y vejar su cadáver en el trayecto hasta que fue sorprendida.
Por otro lado, la defensa de Ana Julia que admite la muerte pero la ve como accidental y, en caso de dolo, sería homicidio. La mujer fuera de sí, acabó con la vida del menor debido a los insultos de este. Solicita penas de entre 3 y 10 años de prisión según el caso.
Todo esta por decidir, estamos juzgando la maldad de una persona, si ha sido capaz de matar, sencillamente porque le molestaba el menor, por mero capricho o si se debió a un brote de ira, cansada por los insultos.
Hay algunos datos que pueden decantar la decisión:
– La muerte por asfixia lleva un tiempo, demasiado para poder contener esa “ira”
– Nadie que no desee matar cava una tumba.
– Las propias grabaciones de Ana Julia cuando trasladaba el cadáver, le insultaba, demostraba un ánimo perverso.
– La autopsia…
La personalidad de Gabriel no indica precisamente que era un niño “malo” o perverso como para sacar de quicio a una persona y esto también se debatirá.
Esta todo aún por dilucidar y posiblemente hasta una vez fallecido, Gabriel un “pescaito” inocente tenga mucho que decir…