Mientras continúan los cuerpos calientes de nuestros hermanos y compañeros asesinados por narcos en Algeciras. España entera se pregunta cómo es posible que ni por parte del Ministerio del Interior, ni de la Presidencia del Gobierno, hayan sido capaz de mostrar una pizca de compasión y humanidad, hacia las víctimas asesinadas, ni con sus familiares.
La respuesta del gobierno ha quedado claramente retratada en la gala de los Goya, donde el presidente Sánchez, estaba más preocupado por la poca asistencia de los españoles a los cines. Que el dolor de España entera por los asesinatos de dos de sus agentes.
Nadie desde el Gobierno ha sido capaz de dar un paso al frente y posicionarse al lado de las víctimas ni sus familiares.
Desde el Ministerio del Interior, se ha prohibido que ondeen las banderas a media asta en señal de duelo e incluso se les ha prohibido a los agentes , sumarse al minuto de silencio de los ayuntamientos en señal de duelo.
Son ustedes seres ruines y mezquinos. Hablan de derechos recortándolo a los demás .
¿Qué padre reniega de sus hijos?
¿Qué se puede esperar de un Ministerio que abandona al caído en servicio a la patria?
Ustedes han modificado leyes en beneficio de intereses particulares y partidistas.
Quieren blanquear delitos al prófugo y amordazar la justicia, justificándose como el interés general. La democracia yace en el mismo lecho que nuestros hermanos asesinados en Algeciras.
¡Preguntándose quien verdaderamente ha acabado con sus vidas!
Sr. Marlaska: el hedor que desprenden sus acciones y sus palabras es nauseabundo. No hay suficiente agua dentro de la sequía de moralidad que tienen usted y su gobierno, para limpiar tanta suciedad.
No le quepa duda que España entera le señala como el responsable directo del asesinato de nuestros compañeros. Hay muchas formas de matar. Y en su caso es la inacción. La
omisión de sus funciones. Actúa como un cobarde que es incapaz de asumir las consecuencias de sus actos y se refugia al amparo de otro que tiene menos moral que usted. Recuerde que el tiempo corre y precisamente no corre a su favor. Le recuerdo a su señoría, que hay que seguir el camino de la ley y no hacer que la ley pase por nuestro camino. Espero que su conciencia le recuerde el resto de su vida, todo el daño que ha infligido innecesariamente.
Están ustedes más cerca cada día del enemigo o quizás simplemente lo son. Han entrado en un camino de no retorno, cuya parada lleva rejas. Lo único rojo que le quedará, será la sangre de las víctimas de su ego y frustración. En eso no hay honor. Claro, que usted desconoce el significado de esa palabra. Por eso no entiende ni lo hará jamás aquello de: “el honor es nuestra principal divisa”. Para conocer ese significado, debería de tener el corazón verde.
Y para que el mundo entero comprenda, cómo es posible que unos agentes se enfrenten a su propio destino con la muerte sin apenas medios. Quiero que conozcan cómo se les exige la aplicación de las normas de seguridad y autoprotección (SYAPS) en su artículo 7 donde dice: “Atenderán en primera instancia al cumplimiento de la misión, después a su protección y en última instancia a su comodidad”.
Sin duda no es la comodidad que le rodea a usted Sr. Marlaska ¿verdad?.
Lamentablemente, nunca lo sabrá. Peor para usted.
En este punto ya no cabe la dimisión sino la imputación. La deslealtad a la patria, a los españoles y al estado de derecho han quedado de manifiesto en cada uno de sus actos.