Las investigaciones comenzaron cuando agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), tuvieron conocimiento de la existencia de una rehala de perros en Manzanilla, que vivían “en muy malas condiciones”.
Un total de 56 perros que presentaban evidencias de maltrato, atados o introducidos en pequeñas casetas, tres cachorros de seis meses de edad aproximadamente tenían las orejas y parte de sus rabos amputados ... presentaban un aspecto lamentable.
El propietario, con el que se hizo la revisión, está siendo investigado por un delito de maltrato animal de forma continuada.
El nota de prensa la Guardia Civil habla de “una delgadez extrema, con presencia de parásitos, y algunos de ellos mostraban patologías como cojeras, cataratas y heridas de diversa consideración; todo ello unido a un gran cúmulo de excrementos, además de trozos de pavos en descomposición, que desprendían un fuerte olor, esparcidos por las perreras que servían de sustento a los perros”.
34 de ellos carecían de identificación, otros la tenían pero a nombre de terceras personas y solo ocho correspondían con el titular de la explotación.