Funcionarios de prisiones han intervenido 12 gramos de hachís en uno de los módulos más conflictivos del Centro Penitenciario de Mallorca. El interno los ocultaba en un álbum de cromos de fútbol donde guardaba pequeñas dosis en su reverso.
Desde la asociación Tu abandono me puede matar (TAMPM) ha elogiado la gran profesionalidad de los funcionarios para detectar este modo de ocultación de sustancias estupefacientes. Un difícil trabajo que se ejerce con gran eficacia a pesar de la falta de personal que demandan desde la asociación.
El estado de alarma decretado por el Gobierno y las medidas de confinamiento han dificultado la entrada de droga en las cárceles españolas. La principal vía de entrada de las dosis es a través de los “vis a vis” portadas por familiares que las introducen en los orificios de su cuerpo o por los propios internos al regresas de sus permisos.
Precisamente, a finales de julio, una mujer ha sido condenada a un año de cárcel por introducir marihuana para su hijo en el mismo centro penitenciario. El “pase” de la droga se produjo durante un “vis a vis” y el interno la escondió en el interior de su cuerpo con la intención de distribuirla entre terceras personas. Los funcionarios penitenciarios sospecharon que podía llevar droga en el interior de su organismo y el recluso accedió a que le realizaran una exploración radiológica y un cacheo superficial.