El buque de la Guardia Civil, Rio Tajo, llevaba desde el pasado jueves fondeando en aguas frente a Mauritania con 170 inmigrantes a bordo esperando una orden que les indicasen que podían desembarcar en el país africano.
Desde un principio el objetivo era desembarcar en el puerto de la capital de Mauritania (Nuadibú), pero las autoridades africanas lo prohibieron amenazando con no responsabilizarse de los inmigrantes rescatados de un cayuco.
Hecho que se ha agravado cuando las situaciones de higiene y salubridad han empezado a
empeorar a bordo por el transcurso de los días. Por ello, los efectivos de la Guardia Civil del
buque han tenido que encargarse por cuenta propia de mantener una higiene mínima y preparar comida para abastecer a la tripulación y a los inmigrantes.
Por consecuencia se han vivido momentos de gran tensión mientras esperaban las negociaciones entre FRONTEX y las autoridades competentes mauritanas. Todo ello sumado a que los agentes se vieron obligados a realizar disparos de fuego al aire ante un posible motín organizado por los 170 inmigrantes reclamando condiciones para viajar.
Sin embargo, tras casi cinco días de espera y la lucha constante de AUGC para aportar rápidas soluciones que no afectara a mayores a los guardias civiles, hoy por fin el Ministerio del Interior ha afirmado el traslado de los inmigrantes a Senegal como solución.
Una vez más AUGC ejerce la voz defensora en la lucha por los derechos de guardias civiles.
Derechos vulnerados e ignorados por el ministerio del Interior que en ningún momento ha atendido a las propuestas de AUGC para paliar la denigrante situación de los guardias civiles.