Escribía el gran Francisco Umbral en su novela “La leyenda del César Visionario”: “Francisco Franco Bahamonde, dictador de mesa camilla, merienda chocolate con soconusco y firma sentencias de muerte”.
Los tiempos han cambiado y con ellos las costumbres, aunque la esencia siempre permanece, hoy las sentencias se dictan en redes sociales desde un cómodo sofá de esquina en piel auténtica, tras la pesada digestión del cordero de los sábados y disfrazados de comunistas con aire acondicionado.
Iñigo Errejón guarda las horas y recién levantado de siesta, a las 17:14 horas de ayer sábado, recurrió a la falta de derechos humanos para calificar una actuación policial. Acompaña su sentencia con un vídeo que tiene lugar frente a la comisaría de Lavapiés en Madrid.
Después de verlo, puede que se refiera a la falta de seguridad y garantías que tienen los policías en su trabajo habitual.
Se trata de una actuación con un individuo detenido, por tanto, al que le han leído los derechos por la presunta autoría en la comisión de un delito. La escena es clara, el detenido es agresivo y ofrece una resistencia enorme cuando los agentes tratan de bajarlo del vehículo policial para conducirlo a comisaria.
Se encuentra en estado ebrio, cinco actuantes se las ven y se las desean para reducirlo y controlar la situación.
Un grupo de personas critica a voces el trabajo policial, “con la rodilla no” llega a afirmar uno de ellos. Es llamativo ver la cantidad de expertos en seguridad pública que se concentran, móvil en mano, en cada intervención policial. Esos vídeos son un verdadero tesoro, les dan “likes” y seguidores en redes, además disfrutan de un momento de verdadero éxtasis, sin necesidad de pastillas, pueden vociferar reclamando derechos en una democracia y al amparo de una constitución que garantiza tanto tus berridos como los derechos de la persona detenida. Una joven, mas atrevida o quizás mas puesta, entra en la zona de seguridad de la actuación y un policía la tiene que retirar para que no dificulte la labor policial.
Berlanga se quedó corto definiendo al españolito costumbrista.
“Al pueblo, pan y circo”, faltaba el político de turno criticando a los policías desde su casa, alentando seguimiento en la masa tuitera y hablando de carencia de derechos en España, precisamente cuando gobiernan dos partidos de “izquierda” y perteneció a uno de ellos. Su tuit tiene, a estas horas, mas de 5000 retweets y casi 8000 “me gusta”.
En fin Serafín, esto es España, un país en el que existe tanta libertad que hasta se puede hacer el memo buscando un rédito político sin la más mínima vergüenza, y encima te aplauden.
“Amanece que no es poco”, obra maestra.
Íñigo, deberían dejártelo a tí… Seguro que con tu poder de convencimiento con tus palabras eres capaz de hacer que se meta él solito en el patrulla