El flujo de pateras que continúa llegando a las costas canarias ha propiciado una medida insólita por parte de las autoridades, el ingreso de hasta 112 inmigrantes en los calabozos de varias comisarías de la isla de Gran Canaria, llegados en los últimos días.
En cumplimiento de la orden de Sanidad del 11 de mayo, que obliga a cumplir 14 días de cuarentena forzosa a cualquier persona llegada del extranjero, y ante la falta de plazas alojativas en centros acondicionados para tal fin, la autoridades han estimado oportuno que los calabozos de las comisarías de Gran Canaria sería una solución al problema.
De esta forma, los varones adultos fueron trasladados a los calabozos de la Comisaría de Maspalomas, de la Jefatura Superior y a dependencias de la Comisaría de Fronteras Puerto, donde también han ingresado 5 mujeres con sus respectivos hijos.
Como cabía de esperar, los sindicatos policiales como el SUP han puesto el grito en el cielo al entender que “los calabozos de las Comisarias de la Policía Nacional no están diseñados ni disponen de las medidas apropiadas para enfrentarse al reto de una cuarentena sanitaria”.
De hecho, uno de los inmigrantes ingresados en los calabozos de la Comisaría de Maspalomas el pasado 17 de mayo, dio positivo por COVID-19, siendo aislado tres días después de su llegada. La UME ha tenido que desinfectar todas las instalaciones ante la posibilidad de contagio.
La decisión de ingresar a los inmigrantes no ha gustado nada a los representantes sindicales, al poner en claro riesgo a los agentes policiales encargados de su custodia, así como a trabajadores de limpieza y a los propios detenidos ingresados allí por asuntos de índole penal.
El SUP solicita la inmediata realización de Test de detección del COVID- 19 a todos los policías que han interaccionado con los inmigrantes así como al personal de limpieza.