Las declaraciones del pasado viernes de la actual ministra de Igualdad, Irene Montero (UP), en el Programa de Ana Rosa, no han pasado precisamente desapercibidas, causado una gran indignación entre policías y guardias civiles.
En dichas declaraciones, la ministra afirmaba abiertamente que “cuando una mujer denuncia una agresión sexual se le pregunta si iba vestida con una minifalda” y se le dice que “iba provocando y por eso un hombre ha pensado que tenía el derecho”. Unas acusaciones -o suposiciones- extremadamente graves que fueron rápidamente interpeladas por la propia presentadora.
Parece ser que Irene Montero no tuvo en cuenta las 32 denuncias diarias que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado recogen diariamente por abusos y agresiones sexuales a mujeres.
Cada una de ellas lleva un atendimiento personalizado y profesional, donde las víctimas son atendidas con escrupuloso respeto y sensibilidad, en un espacio apropiado e íntimo. Los protocolos al efecto facilitan rápida y eficiente asistencia multidisciplinar que se traduce en necesario apoyo psicológico, asesoramiento jurídico, ayuda social y exploración facultativa.
No parece que el tamaño de la falda sea una cuestión de interés para los muchos policías y guardias civiles que cada día deben enfrentarse a estas situaciones tan traumáticas y dolorosas. Muchas de las cuales, los agentes “se las llevan para casa”.
Asimismo, y a tenor de sus declaraciones, la ministra de Igualdad no ha tenido en cuenta que con sus palabras podría infundir miedo, o cuando menos ciertas reticencias, en futuras víctimas que las puedan hacer desistir de interponer la correspondiente denuncia, lo que sin duda supondría un flaco favor para el llamado “feminismo”, y a la sociedad en sí.
En esta línea, desde el comité de UFP en Asturias se ha subido un mensaje a su perfil oficial en Twitter en el que exigen al ministro de Interior que desmienta a la ministra y deje claro que tanto policías como guardias civiles son “auténticos profesionales”. Y es que las redes sociales se han convertido en un auténtico hervidero en contra de las declaraciones de Irene Montero y en favor de la Policía y la Guardia Civil.
Hasta el momento, no ha existido rectificación alguna desde el Gobierno ni de la propia Irene Montero.