Igor el Ruso es un preso e interno de la prisión de Dueñas extremadamente peligroso que cuenta con un amplio historial de incidentes regimentales y que será juzgado mañana como autor confeso por el triple asesinato ocurrido en el término municipal de Andorra en 2017, en el que disparó al ganadero José Luis Iranzo y a los guardias civiles Víctor Jesús Caballero y Víctor Romero.
Todo empezó el pasado miércoles cuando aparecía en las previsiones de traslados el nombre del ruso para acudir al juicio que comienza mañana. Ese mismo miércoles recibió una visita a la cual se negó a salir, no era la primera vez, desde su llegada se ha negado a salir a varias videoconferencias con juzgados italianos, siempre con las mismas palabras desafiantes: “si quieren que salga, tendrán que entrar a por mi y recuerden que lo tengo todo perdido, al que pueda me lo llevo por delante”. Esto hizo que se replanteara el traslado pasando a ser individual, especial y directo a Zaragoza.
Igor ya lo tenía planeado, iba a atacar a los funcionarios
Hoy, a las ocho y media de la mañana, se le avisa que se va a proceder a su conducción, y éste se niega rotundamente a salir voluntariamente de la celda, ya se había preparado, como siempre estaba vestido con varias sudaderas y pantalones, su intención era atacar.
Se personan en el departamento los Jefes de Servicio para convencerlo que salga pacíficamente de la celda sin conseguirlo y con la amenaza del interno de que, “si entra algún funcionario para sacarlo lo mata, ya que sus muertes le salen gratis”.
A las 9.15 personados los Jefes de Servicio y un numeroso contingente de funcionarios equipados con los equipos de intervención antiagresión, se procede a entrar en la celda, momento en el que se abalanza sobre ellos con un trozo de azulejo afilado, arremetiendo contra cinco de ellos, tras un gran forcejeo se consigue reducirlo con la fuerza mínima imprescindible y se le traslada al departamento de ingresos para proceder a su conducción por la Guardia Civil.
Los funcionarios, heridos de gravedad, han tenido que ser atendidos por los servicios médicos del Centro y trasladados a urgencias de un hospital para valoración de sus lesiones.
La profesionalidad de los funcionarios ha evitado una tragedia, pero cada día queda más claro que es cuestión de tiempo que esto ocurra, y que, tanto la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias como el Ministerio del Interior, no están haciendo el más mínimo esfuerzo para tratar de evitarlo.
La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones -APFP- reclama al Ministerio del Interior el reconocimiento de los trabajadores penitenciarios como agentes de la autoridad y adecuación de los medios coercitivos al siglo XXI con la aprobación de pistolas táser y un incremento de las plantillas para ajustarlas a las necesidades reales de los centros penitenciarios para minorar las agresiones que padecen los trabajadores penitenciarios; así como una actualización retributiva con la equiparación salarial con nuestros compañeros de Cataluña, igual trabajo igual salario.
La Asociación Tu Abandono Me Puede Matar -ATAMPM- reclama un estatuto propio para el personal de instituciones penitenciarias que reconozca su especificidad y especialidad laboral, una escuela de estudios penitenciarios donde se les prepare para el difícil trabajo que tienwn que realizar y una actualización salarial acordé a nuestra difícil labor como servicio público esencial.
A ESTA CLASE DE GENTE SE LES EJECUTA Y PROBLEMA RESUELTO.