La oleada de inmigrantes llegados a Canarias en patera desde el norte de África en el último año ha provocado el colapso en los centro de acogidas y en los centros de internamiento de extranjeros habilitados en las islas. Esto ha provocado el alojamiento de los inmigrantes en hostales, e incluso, en hoteles de cuatro estrellas.
No es un secreto que las Islas Canarias vuelven a convertirse en la puerta de Europa para las mafias que trafican con seres humanos trasladados desde el norte de África hasta los dominios del viejo continente.
Así lo desvelan las cifras que indican la llegada de casi 1500 inmigrantes en patera a las costas canarias en lo que va de año, 469 tan solo en el pasado mes de octubre. Por otro lado, al menos 20 inmigrantes fallecieron durante la peligrosa travesía.
En lo que va de año han llegado 1493 inmigrantes en patera a las Islas Canarias. Al menos 20 fallecieron durante la dura travesía
Se trata de cifras alarmantes que sitúa al archipiélago en una crisis migratoria de efectos impredecibles.
De hecho, las islas se han quedado sin sitio para el alojamiento de inmigrantes como en casas de acogidas o centros de internamiento para extranjeros. Tal es así, que el CIE de Hoya Fría (Tenerife) se encuentra totalmente desbordado y con evidentes problemas de seguridad.
En Gran Canaria, por su parte, el centro de internamiento existente, el CIE de Barranco Seco, se encuentra parcialmente cerrado por obras, por lo que su aforo se ha visto sensiblemente disminuido. Cabe recordar, que el CIE situado en El Matorral (Fuerteventura), el más grande del archipiélago, se encuentra cerrado hace varios años.
Las madres subsaharianas acompañadas de hijos menores han sido alojadas en un hotel de cuatro estrellas de la capital grancanaria
Así las cosas, ante tal colapso migratorio, especialmente en Gran Canaria, se ha tenido que recurrir a hostales y hoteles de cuatro estrellas para el alojamiento, en este último caso, de madres subsaharianas con hijos menores a su cargo y que conforman el colectivo más vulnerable. Los gastos de manutención corren a cargo del Ministerio del Interior.
El pasado mes de octubre, en plena oleada migratoria, una treintena de subsaharianos tuvieron que dormir a la intemperie por la falta de plazas en centros habilitados para su acogida.
