El 11 de agosto de 1989, un paquete bomba, destinado al hijo de Conrada Muñoz Herrera, funcionario de prisiones destinado entonces en el centro penitenciario del Salto del Negro en Las Palmas de Gran Canaria, acabó con su vida a los 53 años de edad.
Ese fue el primer atentado sufrido en la provincia de Granada causado por la banda terrorista ETA.
Por todo ello, la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), informa del homenaje que se ha realizado el 11 de agosto en Montillana a Conrada Muñoz Herrera, y es que desde el Centro Penitenciario de Albolote en Granada, funcionarios de varios centros penitenciarios de todo el territorio nacional, como son los de Pamplona, Madrid, Córdoba o Granada han efectuado una caminata hasta Montillana, en un recorrido de 27 kilómetros.
Posteriormente, en Montillana, a las cinco de la tarde, en el monolito en homenaje a la primera víctima del terrorismo de ETA en Granada, y en compañía de la familia de Conrada y de los representantes de los partidos políticos y asociaciones que acudieron al acto, como fue el caso de Irene Cano, alcaldesa del PSOE en Montillana, Concha Insua, parlamentaria andaluza de Ciudadanos, Eduardo Martos, diputado provincial del Partido Popular, Manuel Martín, presidente provincial de Vox, Jesús Caldeado y Miguel Quiero de Alianza Cívica, y Maite Araluce, presidenta de la Asociación Víctimas del terrorismo (AVT), se procedió a la colocación de una ofrenda floral y de dos cintas de la medida de la Virgen del Pilar.
¿Qué le puede rondar en la cabeza a una madre para que aquel fatídico día decidiera abrirla? Quizá fue la impresión oculta que cada madre atesora cuando el peligro se cierne sobre un hijo… al que protegió.
“Once mil seiscientos ochenta y ocho días, o trescientos ochenta y cuatro meses, o treinta y dos años de presencia y evocación. Ése es el tiempo que con su transcurrir continuo, suma lenta pero inexorable el recuerdo de un tiempo pasado que se torna presente de aquel once de agosto de mil novecientos ochenta y nueve”
Tomamos prestado en reconocimiento los funcionarios de prisiones un día al año, y pincelamos con la paleta de colores que inunda el ramo que hoy depositamos para ti el cariño que mereces.
Retornamos los trabajadores penitenciarios al espacio que ocupas en el cielo de los héroes, recogemos los ejemplos de coraje y gallardía que necesitamos para nuestro trabajo y no olvidamos el espíritu que inunda nuestra historia y que absorbemos con inusitada pasión”.