Nuevo asalto masivo al perímetro fronterizo de Melilla. Una vez más con el uso de una extrema violencia por parte de los inmigrantes subsaharianos que se han empleado a fondo contra los guardias civiles portando garfios, palos, piedras y botellas. Un nuevo ataque en la línea fronteriza con más bajas para una mermada plantilla que mañana sufrirá un déficit aún mayor de personal apto para el servicio. “Otro día sin que el Ministerio del Interior y el Gobierno hagan algo para paliar esta este grave problema de seguridad”, sentencian desde AEGC.
Los representantes de los agentes no pueden comprender la no respuesta de los responsables políticos a esta situación. La retirada de las concertinas se hizo de manera rápida y eficiente. Pero la instalación de otro método disuasorio, al que se comprometieron, parece que no corre ninguna prisa. “Está claro que para este ejecutivo es más fácil de digerir un titular de 20 guardias civiles heridos que la fotografía de inmigrantes heridos en las concertinas”, manifiestan.
Para AEGC tan difícil aceptar es ver la imagen de los inmigrantes como la de sus compañeros, porque son “vidas”, todas igual de importantes. Por ello, esta asociación va a seguir reclamando en cada oportunidad que se les brinde medios humanos y materiales para que precisamente la vida de sus compañeros no corra peligro cada día en el perímetro fronterizo.
“Ellos son más, no están para nada desorganizados, muy al contrario, saben en que momento pueden golpear y cuentan con la ayuda de marroquíes que conocen perfectamente la zona”, precisan.
Ayer 25 agentes heridos y cerca de 500 inmigrantes en la Ciudad Autónoma. Hoy otro asalto con 1000 subsaharianos y 300 han logrado su objetivo. Las oleadas de inmigrantes que quieren llegar a Europa no van a parar.
“El problema va a seguir nos guste o no nos guste, por eso la solución que tengan pensada desde Interior llega ya con muchos meses de retraso. Esperemos que cuando llegue no hayamos tenido que lamentar alguna pérdida humana porque los responsables todos los guardias sabríamos los despachos que ocupan”, plantean desde AEGC.