Con motivo de las elecciones al Consejo de la Policía Nacional que tendrán lugar este miércoles y dónde se escogerán los 14 vocales que representarán a los sindicatos policiales ante la Administración, diez “asientos” para la escala básica, uno en la escala de subinspección, dos en la escala ejecutiva y uno en la escala superior, en h50.es hemos querido conocer más de cerca el presente y futuro policial que defiende la Confederación Española de Policía –CEP– para el colectivo, y los motivos por los que que los agentes deben votarles.
David Pola, Portavoz de esta organización sindical contesta a las preguntas a las que todo policía nacional busca respuesta.
Echando la vista a estos últimos cuatro años y al trabajo realizado por su organización sindical, ¿Cuáles han sido los mayores éxitos y las mayores decepciones?
El doblar el pulso a la Administración para conseguir avances o que se reconozcan derechos a los compañeros es lo mejor de estos años. Hemos tumbado las medallas de plata de 2021 a mandos jubilados y lo estamos haciendo con las de 2022. Hemos logrado que el Tribunal Supremo fije como doctrina la indemnización por la Dirección General de la Policía -DGP- en caso de que el autor de lesiones a compañeros se declare insolvente.
Hemos obligado a que se cree un grupo de trabajo para concretar un seguro de responsabilidad civil para los policías, gracias a una demanda nuestra. Conseguimos que condenasen a la DGP por saltarse la normativa de condecoraciones en la Operación Ícaro.
Hemos logrado que el jefe de la División de Personal se vea en el punto de mira de diferentes tribunales por los retrasos en el pago de cientos de contenciosos que CEP gana todos los años para afiliados. Y tenemos recurrido el reglamento de procesos selectivos, el Concurso General de Méritos -CGM- por plantillas y no por puestos, la demora en el cese del CGM o el momento exacto en el que se exige la titulación para el ascenso. Pero todo esto, en realidad, no es más que el síntoma de una política de personal nefasta, que nos obliga a judicializar todo eso. Esa es la mayor decepción, que tengamos que arrancar a la DGP en los tribunales aquello que es de los compañeros/as porque se niegan a concederlo. Han convertido la política de personal en un mundo opaco, en donde prima la obstrucción y el “no” a cualquier petición.
La campaña a las elecciones al Consejo de la Policía Nacional ha estado rodeada y acompañada de agresiones a policías nacionales, ¿Cuál es la postura de la organización a la que representa y cuáles son sus propuestas en el programa electoral para hacer frente a las mismas?
La campaña no ha estado rodeada de agresiones porque los ataques a policías son una constante, no algo de estas semanas. En CEP hemos diseñado una campaña basada en eso. Somos el único sindicato que lo ha hecho. Y este planteamiento tiene que ver con un sentimiento compartido por todos los compañeros: la autoridad policial está en cuestión y el principio de autoridad por los suelos. Si no puedes volver a casa sano y salvo al acabar el servicio, lo demás es secundario. Por eso tenemos un programa electoral específico que será nuestro eje de trabajo en los próximos años y que pide más medios materiales, más formación, más protección jurídica y respaldo inequívoco por parte de la Administración. Si no eliminamos la impunidad entre los agresores de policías, esto irá cada vez a más. Hay que poner pie en pared con un endurecimiento del Código Penal. Ese es un mensaje claro, que tenemos que lanzar.
Años peleando por crear Zonas de Especial Singularidad en España que atajen la problemática de estas ciertas áreas geográficas sin tener ningún resultado positivo hasta el momento ¿Cuál es la propuesta de su sindicato y qué medidas se deben adoptar?
Nosotros no estamos de acuerdo con lo de Zonas de Especial Singularidad, porque parece que sólo unas pocas plantillas tienen problemas de acceso a vivienda o de coste de vida. Toda España tiene sus peculiaridades. Hay plantillas en donde la vivienda es un bien de lujo, como es el caso de Baleares.
Otras en donde su precio es inasumible o donde la presión social impide vivir en zonas asequibles, como es el caso de Cataluña. Otras donde la presión de la delincuencia condiciona el poder llevar una vida plenamente normalizada, como es el caso de Cádiz.
Otras en las que el mercado está sometido a presiones permanentes al alza, como es la ciudad de Madrid. Podríamos recorrer toda España de esta forma. Lo que CEP reclama es una revisión a fondo de la regla complementaria tercera del catálogo de puestos de trabajo, que es donde se contempla la territorialidad. Hay que aumentarla, hay que extenderla a todas las plantillas y hay que tener en cuenta el precio de la vivienda, el coste de la vida o el contexto social.
La equiparación salarial ha rodeado el conflicto laboral en la Policía estos últimos años, ahora mismo nos encontramos en un momento en el que las policías autonómicas están negociando nuevamente subidas salariales. ¿Cuál es la postura de su organización?
Nuestra postura sobre esto es sencilla. Primero, cumplir en su integridad el acuerdo de 2018. Y esto permitirá, precisamente, activar como segunda medida la aprobación de una Ley de Retribuciones que sea la primera norma que nos saque del conjunto de la función pública y permita aumentar los sueldos y los complementos sin tener que esperar a que el Gobierno de turno se decida a hacerlo con todos los funcionarios.
Nosotros no somos unos funcionarios más. Somos diferentes y especiales. Por el riesgo que asumimos y por cuál es nuestro trabajo. Así que si eso es así, el salario que cobramos cada mes también tiene que ser especial y diferente y nunca inferior al de cualquier otro Cuerpo de seguridad.
La jubilación, después de la violencia que sufren los agentes y la equiparación salarial es la tercera preocupación de los agentes, ¿Cuáles son sus propuestas en esta campaña?
La que venimos defendiendo estos años, como lo hacen el resto de sindicatos. Porque en esto hay consenso. Queremos una jubilación digna, que un policía que deja la vida activa no cobre una miseria con la que deba estar haciendo milagros para llegar a final de mes. Queremos poder jubilarnos antes de los 65 años, como lo hacen en otros Cuerpos en los que con 59 ya puedes plantearte ese retiro pero, eso sí, sin perder dinero.
Queremos reactivar el plan de pensiones que en su día se puso en marcha para que, además de todo lo anterior, recibas un pago único importante en el momento de jubilarte, con esa “hucha” de ahorro abierta por la Administración. Y queremos más sensibilidad hacia las necesidades de estos compañeros/as, con una verdadera estrategia que permita contar con ellos incluso estando jubilados, en actos institucionales, cursos, charlas, etc.
La falta de un seguro médico de calidad es una queja redundante entre los policías nacionales, ¿Qué proponen para mejorar esta circunstancia?
Lo del seguro médico tiene que ver con las ganas de algunos partidos políticos de acabar con el modelo MUFACE. El interés por ir debilitando este sistema y empujar a los compañeros hacia la Seguridad Social es evidente. Y la forma en la que lo hacen, recortando presupuesto asignado al convenio o no dedicando el dinero necesario, es muy escandalosa. Si hay menos dinero, hay menos prestaciones. Por tanto, si la Mutualidad sigue funcionando porque hay funcionarios acogidos al régimen de clases pasivas, la obligación de todos, empezando por el Gobierno, es dedicar los presupuestos suficientes para garantizar no solo la pervivencia del sistema sino su fortaleza asistencial.
Los jubilados de la Policía Nacional, son los agentes que han marcado la historia del cuerpo policial, ¿Qué propuestas lleva su sindicato policial a estas elecciones que afecten a este colectivo?
Ya lo hemos indicado en una respuesta anterior. Se resume todo en una palabra, dignidad. Dignidad en sus pensiones, aumentándolas. Dignidad en su calidad de vida, permitiendo la jubilación anticipada sin pérdidas económicas. Dignidad en sus proyectos vitales tras dar ese paso, con un seguro de jubilación que pague la Administración y se le dé al compañero una vez deja la vida activa. Dignidad en sus relaciones con la DGP, tanto en la atención que reciben en cuestiones de personal o de tramitación del programa de acción social como en las invitaciones a actos institucionales, charlas o actividades formativas. Dignidad, en definitiva, para quienes durante décadas se han dejado lo mejor de su vida defendiendo a los demás y jugándosela en la calle.