Guerra urbana contra la Policía

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No me andaré por las ramas e iré directamente al grano. La humillación sistemática que sufren las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España es altamente preocupante. Algo ha fallado cuando la sociedad en la que vivimos es capaz de tolerar la delincuencia y aplaudirle mientras ataca de manera deplorable a quienes les protegen. Ese fallo en cadena va desde uno de los estamentos más básicos de la sociedad cómo es la propia familia, pasando por el colegio y acabando por quienes nos gobiernan.

La crisis de valores es visible y lejos de reconocerlo todavía hay quienes sacan pecho y se sienten orgullosos de haber llegado a caer tan bajo. Cuando unos padres arengan a sus hijos menores de edad a lanzar con saña cócteles molotov contra un muñeco que simula ser un policía, no significa solamente una falta de respeto a la autoridad sino una negligencia en su educación, ya que se les da a entender que esa peligrosa actitud es la correcta.

Una más…

Hace unas semanas denunciábamos públicamente como en el País Vasco se siguen realizando actos de incitación al odio y de enaltecimiento del terrorismo en los cuales participaban niños menores de edad. Ahora es en Cataluña, concretamente en la localidad de Granollers donde el programa de las fiestas del municipio ofertaba un juego bastante inflamable y nada didáctico.

Debe ser que aquellos que se encargan de organizar los festejos de la localidad ven divertido y educativo participar en actos dirigidos al conocimiento y práctica de la guerrilla urbana.

¿Es necesario esto? ¿Es necesario que los niños deban saber cómo lanzar cócteles molotov contra la policía o preparar barricadas y atacar a los coches patrulla?

Eso sí, Todo ello justificado siempre en favor del amparo de la tutela parental y supervisado por la concejalía de festejos bajo el mando de la alcaldesa de Granollers… Tanta diversión les parecía algo fantástico hasta que los medios de comunicación se han hecho eco de la noticia y los sindicatos policiales han elevado la queja a modo de denuncia. Cuando la lupa se ha puesto sobre ellos han vuelto a mirar para otro lado y cobardemente han aludido a que constantemente se sacan las cosas de contexto.

Me pregunto de qué contexto hablan. Creo que no es necesaria la explicación de una imagen en la que se ve a niños lanzar artefactos incendiarios con intención de darle a un muñeco simulado de policía. La carga de odio está implícita en los padres que ríen a carcajadas e insisten en apuntar bien para darle y acabar con él. ¿Fuera de contexto?… Más bien fuera de la realidad.

Lo que todos hemos conocido como kale borroka ahora los progres independentistas catalanes lo califican como juegos populares. ¿Hará algo la fiscalía de menores en este caso? ¿Actuará la Consejería de Interior o el Ministerio del Interior al respecto? Son claramente actitudes denunciables en las que queda patente la comisión de delitos de odio contra las fuerzas y cuerpos de seguridad. Como de costumbre se girará la cabeza y en favor de la convivencia y la paz entre la sociedad catalana se intentará tapar el hecho como si no hubiese ocurrido.

Es tanta la basura que se esconde debajo de la alfombra que ya no queda moqueta para tanta mierda.

La lectura está bastante clara, quienes promueven estos actos de incitación al odio y al terrorismo contra la policía lo hacen de manera impune y en modo alguno parece que también con el beneplácito de las propias instituciones. Es deleznable que no haya condena pública y formal ante estos atropellos, pero ya estamos acostumbrados a faltas de respeto, ataques, asesinatos de agentes, odio y terrorismo sin que nadie haga nada por remediarlo.

Un consejo les daré a las autoridades de Granollers y a esos padres que creen óptimo y favorecedor que sus hijos aprendan tácticas de guerrilla urbana. Enseñen a sus hijos a defenderse, pero cambiando el contrincante. Piensen que nos está quedando una sociedad en decadencia en la que en un tiempo imperará la ley del más fuerte.

Enseñen a sus hijos a no combatir contra la policía que les protege, y esfuércense en ayudarles a defenderse de rivales reales como son las bandas de delincuentes que navaja en mano agreden, abusan y violan atemorizando a la juventud.

Identifiquen correctamente quién es el malo y no se equivoquen más de lo que acostumbran.

Brau López

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